El acusado, quien se encuentra detenido, es Claudio Alberto Tinari de 44 años quien se desempeña como empresario gastronómico en Morón y es dueño de un patio cervecero en Hurlingham, además había adquirido la concesión de un restaurante ubicado en la zona norte de Pinamar. No obstante una denuncia hizo que se desencadenen muchas más contra el hombre entre las que se encuentran abuso sexual, trata laboral, entre otras.
La primera mujer en tomar valor fue un joven quien contó que le había ofrecido 100 dólares para “pasar el día en Cariló” con un cliente del balneario en el que trabajaban bajo el mando de Tinari quien se encuentra detenido en Pinamar. Luego de este testimonio, otra mujer relató que fue abusada por el mismo hombre.
A estas denuncias se sumaron el resto de los trabajadores quienes aportaron datos y audios que dejan ver “maltratos” de todo tipo por parte del empresario gastronómico, incluso una situación de “encierro” en la casa en los que los tendría como “secuestrados”.
Al momento de armar el staff de trabajadores, el empresario contrató una decena de jóvenes provenientes de Buenos Aires y algunos de Mendoza y por algunos días los albergó en el Hotel Trinidad para luego alquilar una casa.
Sin embargo, cuando las denuncias por abuso sexual y tentativa de explotación sexual se hicieron conocidas la situación explotó y decidieron romper la relación laboral. Se habla de un contexto de violencia en la que el autor sería el empresario gastronómico.
Claudio Tinari está acusado de “abuso sexual con acceso carnal” y la víctima fue una de las empleadas, quien denunció que el pasado 22 de diciembre fue abusada sexualmente en una de las habitaciones del hotel, mientras ella se estaba bañando y el empresario se metió a la fuerza en la habitación. La mujer realizó la denuncia el pasado 6 de enero en la Comisaría de la Mujer de Pinamar, luego de que otra compañera suya también presentara una denuncia contra Tinari pero esta vez por “explotación sexual”.
“Si vos querés a Dios, tenés a Dios. Si querés al Diablo, tenés al Diablo”
En uno de los audios aportados por los empleados, mozos y cocineros, se escucha al empresario decir: “No estoy contento con la decisión que tomaron. Me siento súper herido, porque les dí todo sin conocerlos y que me digan ahora que se van a Mendoza después de haber demostrado quiénes eran y todo. Igual yo tengo un plan B, un plan C, tengo tres equipos de cocina armados por si ustedes se van. No soy un b..., soy un empresario”.
“Si no me devolvés toda la ropa que yo di, el XL ese que le di a la gorda esa deformada, los gorros, la ropa, que me deben y no me pagan lo que me tienen que pagar, los voy a buscar por todo Pinamar. Y esto no es un amenaza, es una advertencia que no van a poder trabajar en ningún hotel, amigo. Porque acá hay otra historia, esto no es una amenaza, esto es poder político, pa...”, se altera Tinari en otros de los audios.
En otro audio se lo escucha gritar: “Está re mal lo que hicieron, eso no se le hace a nadie. Todo lo que se hace mal en esta vida acordate que siempre se paga. Igual, yo el día que tu novia se hizo la loquita ya sabía que se iban a ir todos... Así que avisale a tu novia que en gastronomía el jefe es que manda, no los empleados”.
“¿Quién se quiere ir? Díganme quién se quiere ir. Está la puerta abierta, el que se quiere ir que se vaya. (...) Acá hay un horario y hay una regla. Porque me salió 4 mil dólares esta casa de mier... ¿Y sabés qué? Los empleados salen de abajo de la tierra, nadie es imprescindible acá. Y si tu barman se quiere, que me chu... Barman salen de abajo de la tierra. Acá yo soy bueno, soy bueno, pero si soy malo soy recontra malo. Si vos querés a Dios, tenés a Dios. Si querés al Diablo, tenés al Diablo”, amenaza Tinari.
Los allanamientos
El fiscal Juan Pablo Calderón, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Pinamar, pidió tres allanamientos y logró la detención del acusado, que se dio en la casa que alquilaba para los empleados, en en la avenida Enrique Shaw al 3000. En el lugar se secuestró su teléfono celular y un bolso marca Puma de color turquesa y azul, y una valija roja que contenían ropa y elementos de perfumería de la víctima.
Los otros dos lugares allanados fueron el balneario donde funcionaba el restaurant y la casa donde se alojaba el empresario y que compartía con su pareja. Allí se le incautaron dos computadoras personales, un celular y varias hojas de un cuadernillo con registros y constancias de puño y letra de la situación laboral de empleados.
A su vez, testigos declararon que el imputado también tenía una relación violenta con su pareja, a quien amenazó varias veces de echarla del balneario, y era habitual verlo drogado o alcoholizado. De los operativos participaron personal de la Comisaria de la Mujer de Pinamar y del Servicio Externo de Ostende y Pinamar.
El empresario es investigado además en otra causa tras la primera denuncia, la que motivó a los demás de seguir ese camino. Otra empleada, de 22 años, dijo que Tinari le ofreció dinero a cambio de tener sexo con clientes del balneario. Ese hecho es investigado por el fiscal de General Madariaga Walter Mercuri, quien caratuló al expediente como “tentativa de explotación del ejercicio económico de la prostitución y trata laboral”, aunque de confirmarse esta última acusación, la investigación pasará al fuero federal.
Cuando los investigadores fueron a buscar sus antecedentes encontraron que tiene una pena de 8 años de prisión en suspenso por el delito de “exhibiciones obscenas agravadas y daño” en la justicia de Morón: Tinari fue descubierto mostrando sus genitales en la puerta de un jardín de infantes.