En medio de un rebrote nacional de coronavirus causado por la variante Delta, este jueves el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que los empleados públicos federales deberán mostrar que están vacunados o, de lo contrario, someterse a testeos periódicos, restricciones de viajes, distanciamiento social y uso de tapabocas. Y no descartó que pueda imponer en el futuro un mandato de vacunación a nivel nacional.
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“Vamos a pedir a todos los empleados del Gobierno federal que demuestren su estatus de vacunación”, dijo Biden durante un discurso en la Casa Blanca. Y pidió también al Pentágono obligar a vacunarse a todos los militares del país.
Quienes no estén vacunados deberán llevar tapabocas al trabajo y someterse al test de covid-19 de forma semanal o incluso dos veces por semana. También deberán mantener distancia y tendrán prohibido participar en viajes oficiales, explicó el mandatario.
La medida se aplicará a los más de 4 millones de trabajadores federales en Estados Unidos y el resto del mundo, y se implementarán estándares similares para todos los contratistas de la Administración, según la Casa Blanca.
“Si usted quiere hacer negocios con el Gobierno federal, vacune a sus trabajadores”, subrayó Biden.
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Biden dejó la puerta abierta a la posibilidad de encontrar una vía para imponer su mandato a nivel nacional.
“La cuestión es si el Gobierno federal puede ordenarlo a todo el país. Aún no lo sé”, afirmó el mandatario en respuesta a la pregunta de una periodista.
La variante delta representa al menos el 83% de los casos secuenciados en EE.UU. y generó un aumento notable de los contagios y hospitalizaciones en las últimas semanas.
“Esta es una tragedia estadounidense. Está muriendo gente que no tendría por qué morir, y seguirán muriendo”, lamentó Biden.
Vacunación en Estados Unidos
Cerca del 60% de los adultos que residen en Estados Unidos ya están completamente vacunados, mientras que los inmunizados con una dosis ascienden a 69,3%.
La campaña se desaceleró de forma drástica desde abril a medida que se agota la demanda, debido a una baja aceptación de las vacunas entre los sectores más jóvenes de la población y en los estados más conservadores, al tiempo que la variante Delta se expande y ya circula de manera descontrolada en los 50 estados del país.
Recientes sondeos publicados por medios mostraron que casi la mitad de los adultos no vacunados dicen que no lo harán, y más de la tercera parte que probablemente tampoco.
Por su parte, el estado de Nueva York dispuso la vacunación obligatoria a todos los trabajadores de la salud a partir de septiembre y requirió que los demás empleados del estado deberán mostrar evidencia de que están vacunados o enfrentar pruebas regulares de detección de virus.
Con información de Télam.