En vísperas de la Semana Santa, el papa Francisco pidió a los fieles católicos que recuerden a los “crucificados de hoy”, es decir a “los corderos inmolados, víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo”, entre ellos los de las guerras, de las dictaduras, de las violencias cotidianas y también de los abortos.
El Pontífice argentino presidió la catequesis desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, adonde se trasladaron las celebraciones para evitar las aglomeraciones en la plaza de San Pedro, con el fin de disminuir los contagios de coronavirus.
Desde allí instó a los fieles a que durante el periodo de Semana Santa, que comenzó con la celebración del Domingo de Ramos, pongan ante Jesús crucificado a “todos los crucificados de hoy, hermanos y hermanas, víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo” porque “solo Él puede consolarlos y darles amor”.
Francisco también pidió que, en el jueves Santo que recuerda la Última Cena, los fieles se amen haciéndose “siervos los unos de los otros, como hizo Él lavando los pies a los discípulos”. Durante el Viernes Santo, que se revive el vía crucis de Cristo, reclama que lleven “en la mente y en el corazón los sufrimientos de los enfermos, de los pobres, de los descartados de este mundo”. Estos son los “corderos inmolados”, víctimas inocentes de guerras, dictaduras, violencias cotidianas y abortos.
Durante el Sábado Santo, que definió como el “día del gran silencio”, recordó que los fieles esperan “vigilantes el cumplimiento de la Promesa de Dios, en la resurrección del Señor”, que la Vigilia Pascual anuncia “con alegría desbordante”. “El Resucitado, a quien encontramos en la fe, nos manifiesta que la vida triunfa sobre la muerte, el bien vence al mal y el sentido de nuestra existencia es una vida plena y de felicidad infinita junto a Él”, cerró.
Con información de DPA.