Si las elecciones PASO en la Provincia dependieran solo del dinero que Axel Kicillof recibe del Gobierno, el oficialismo ya tendría la victoria. Pero si se tiene en cuenta la situación económica y el gran número de víctimas a causa de la pandemia en el territorio bonaerense, Cristina Kirchner deberá tener más cuidado por miedo a perder el lugar donde conserva su capital político.
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Esta plata que se envía desde la Casa Rosada está fuera de cualquier regla y de la coparticipación impositiva. Se la conoce como una transferencia discrecional, es decir, fondos extra que se mandan según los criterios y conveniencias políticas. Así, el kirchnerismo lo utiliza como instrumento de poder.
La provincia de Buenos Aires, específicamente el Conurbano, es el territorio más poblado del país y uno de los que más ha empeorado económicamente, agravado aún más por la pandemia por coronavirus. Sin embargo, a pesar que estas dificultades justificarían los grande paquetes de dinero, se ponen al servicio de las necesidades de la política partidaria.
Las desproporciones son evidentes. De enero de 2020 a mayo de 2021, es decir, el lapso del gobierno kirchernista, la Provincia recibió $204.900 millones del Gobierno de un total de $483.400 millones distribuidos entre las 24 provincias, incluida como tal a la Ciudad Autónoma. Los datos de la consultora Aerarium explican que el monto suma el 43%, contra un 67% dividido entre las otras 23 jurisdicciones.
A su vez, Axel Kicillof recibió 20 veces más dinero que los $20.840 millones que le dieron a Horacio Rodríguez Larreta. La diferencia no se ve solo en estos dos territorios: contra los $36.000 millones otorgados a Córdoba, gobernada por el peronista Juan Schiaretti, la diferencia es de 6 veces, casi 7, con Santa Fe.
Esto es una desventaja para Córdoba que cuenta con un 35,6% de desempleo, superando al Conurbano bonaerense que tiene un 32%. Y, a pesar de que el GBA tiene un 51% de pobreza, Chaco posee un 53,6%, la mayor del país, y aún así solo recibió $16.000 millones.
Los informes también muestran que Buenos Aires se quedó con el 34% de los fondos discrecionales destinados a hospitales y planes sanitarios; con el 57% de los programas alimentarios y el 22% de las obras públicas. Las diferencias se repartieron entre las otras 23 provincias.
Néstor Kirchner decía que la plata equivale a poder y mucha plata, a mucho poder. Y así parece que está cumpliendo el oficialismo, compartiendo, o compartiendo muy poco, los recursos de los poderes ejecutivos con el resto de las provincias.
Algunas de esas políticas son la retención de la soja o, ahora, la súper soja y súper recaudación limpia de polvo y paja para el Estado. También existe el no reparto del impuesto a las grandes fortunas y del impuesto País, además de las reformas a la Carta Orgánica del Banco Central que generan miles de millones de pesos y van enfilados sin desvíos hacia el Tesoro Nacional.
En 2020, el Gobierno logró quedarse con el 66% de la coparticipación ampliada, es decir, los fondos del BCRA más ingresos impositivos, mientras que el resto de las provincias se repartió el 34% restante. Además, gracias a una movida legal de Alberto Fernández, la ciudad lleva perdidos 55.000 millones de pesos.
Sin embargo, la provincia de Santa Cruz se encuentra en un retroceso en el reparto de fondos. Luego de ser una privilegiada durante el mandato de Néstor y los dos de Cristina, ahora se ubica en el puesto número 5 del ranking de mayores transferencias de estos dos últimos años.
Esta desproporción se vio entre 1999 y 1996 cuando Carlos Menem enviaba montañas de dinero a su natal La Rioja. A su vez, Daniel Scioli penaba por la falta de recursos incluso para los sueldos cuando era gobernador. Y ahora ocurre con los fondos que van a los intendentes bonaerenses, sin ser consultados por Kicillof.
En lo que va del año, el Gobierno envió $14.400 millones a los municipios como recursos bien visibles: obras de ejecución y empleos rápidos. Ese número es un 49%, contra el 9% de Córdoba, 6% de Entre Ríos y 4% de Santa Fe.
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Diez de las intendecias que más recibieron fondos pertenecen a la primeras y terceras secciones que, juntas, suman unos 8,2 millones de los electores. Entre ellas se encuentran La Matanza, Almirante Brown, Moreno, Quilmes y Tres de Febrero.
Y a pesar de que con el envío de los grandes fondos quizás aseguran electores, no logran mejorar el padrón económico. Según una encuesta de Management & Fit de fines de mayo, el 68% de los bonaerenses dice que la situación económica está mucho peor o peor que el año pasado, con un 81% que hace foco en la corrupción, la inflación, la pobreza y el desempleo y casi 57% que desaprueba la gestión de Alberto Fernández.
El 58% aprueba nada o poco, en este orden, la gestión de Kicillof en el control de la pandemia. Es que en Buenos Aires hay unos 1.7 millones de contagiados y más de 43 mil muertes. En una provincia, la mitad de todo el país.