La ciudad brasileña de Río de Janeiro, capital turística del país, decretó para el fin de semana la prohibición del uso de las playas y de bañarse en el mar, con toque de queda nocturno para contener el avance del coronavirus.
El decreto fue publicado en el Diario Oficial del Municipio de la ‘ciudad maravillosa’ por el intendente Eduardo Paes. Establece el cese de entradas de pasajeros a la ciudad en ómnibus y combis, salvo los de los hoteles, con retenes en los principales accesos.
Esta semana la ocupación de camas de terapia intensiva en la ciudad de Rio en la red pública llegó a 95%.
Los “quiosques” -bares y cafés instalados en la costanera de las playas de Leme, Copacabana, Ipanema, Leblón y Barra de Tijuca- fueron autorizados a seguir funcionando, aunque se prohibió el estacionamiento en la región.
La medida dura hasta las 5 del lunes y tiene como finalidad reducir aglomeraciones para enfrentar la demanda hospitalaria.
Río de Janeiro y Roraima son los estados que están en estado crítico pero no superaron el 80% de ocupación hospitalaria como el resto del país, que tiene el sistema sanitario colapsado en lo que se refiere a ocupación de camas UTI (terapia intensiva).
También fueron suspendidas las actividades recreativas de los fines de semana en Aterro de Flamengo, en una de las márgenes de la Bahía de Guanabara.
Río ya venía aplicado el toque de queda de 23 a 5 y permitiendo la circulación en playas, pero no la permanencia.
Las actividades económicas no están suspendidas pero para no llenar el transporte público los horarios de entrada de los trabajadores se hizo en forma escalonada por rubro.
Con información de Telam.