El líder opositor Juan Guaidó encabeza martes un alzamiento de la mano de un grupo de militares en un intento por sacar del poder al presidente Nicolás Maduro quien, sin embargo, aseguró que las fuerzas armadas se mantienen leales a su gobierno.
El ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, anunció acompañado del alto mando militar que "una parte" del alzamiento "ha sido derrotado" y que "casi todos" los militares y policías que se sublevaron se retiraron de los alrededores de una base militar hacia la plaza Francia, al este de Caracas.
Padrino López consideró el alzamiento un "intento de golpe de Estado de una magnitud muy insignificante" y sostuvo que todas las unidades militares se mantienen en paz bajo el mando de sus jefes naturales.
El Jefe militar instó a los militares rebeldes y a dirigentes opositores a que cesen sus acciones y los responsabilizó de cualquier acto de violencia o derramamiento de sangre. "A Miraflores (el palacio de gobierno) no se llega por la violencia", sostuvo el ministro al advertir que "será derrocado por la violencia" quien intente tomar el palacio presidencial.
Acompañado de varios uniformados armados en las afueras de la base aérea generalísimo Francisco de Miranda, en Caracas, Guaidó afirmó en un mensaje difundido a través de Twitter que varios "soldados valientes" habían "acudido a nuestro llamado", aunque no estaba claro aún el alcance de su convocatoria.
Sin ofrecer más detalles, el jefe de la Asamblea Nacional exhortó a "todos los soldados" a unirse al alzamiento contra el gobierno de Maduro.
Sin embargo, horas después Maduro afirmó que mantenía el apoyo de los mandos militares y llamó una movilización a sus seguidores para hacer frente al alzamiento.
En un breve mensaje que difundió en su cuenta de Twitter, Maduro indicó que conversó con los jefes de los comandos regionales quienes le manifestaron "su total lealtad al pueblo, a la constitución y a la patria" y llamó "a la máxima movilización popular para asegurar la victoria de la paz".
Por su parte, el canciller Jorge Arreaza dijo a The Associated Press que Maduro "está en su puesto de comando" y que más tarde estará con seguidores en el palacio presidencial.
"No hay ninguna preocupación", sostuvo Arreaza al asegurar que el país está en calma y que las fuerzas armadas están "garantizando la institucionalidad democrática" en Venezuela.
Asimismo, el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, afirmó ante los seguidores del gobierno concentrados en las afueras del palacio presidencial que "aquí hay un golpe de Estado" y agregó, dirigiéndose a los opositores y militares que están participando en el alzamiento, que "aquí no queremos lloriqueos, que cada quien asuma la responsabilidad, que nosotros asumiremos la nuestra".
Temprano en la mañana un grupo de militares se alzó a las afueras de la base aérea junto a Guaidó y al dirigente Leopoldo López, quien estaba bajo arresto domiciliario.
Tras el alzamiento, en las cercanías de la base aérea, se presentaron decenas de guardias nacionales para enfrentar a los militares "rebeldes", dirigentes opositores y cientos de manifestantes y les lanzaron gases lacrimógenos.
Poco después un grupo de militares "rebelde"s se enfrentó dentro de la base aérea con otros uniformados que les respondieron con disparos, constató AP desde las afueras de la instalación militar.
Luego de los enfrentamientos Guaidó marchó hacia la plaza Francia, en el este de la capital venezolana.
En breves declaraciones a la prensa el líder opositor señaló que militares del estado suroriental de Bolívar, la ciudad central de Maracay y otras localidades colocaron las unidades en "protección del pueblo de Venezuela" y precisó que en las próximas horas se darán los nombres de los generales, tenientes coroneles y mayores que se unieron al alzamiento.
Ante miles de seguidores en la plaza Francia, Guaidó hizo un nuevo llamado a los militares a unirse al alzamiento y dijo que se mantendría en ese lugar hasta lograr el derrocamiento de Maduro.
"Hoy nos queda claro que las fuerzas armadas están con el pueblo de Venezuela y no con el dictador", expresó el político, que ha sido reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, al asegurar que el golpe de Estado lo está dando Maduro al "usurpar funciones".
El ministro de Asuntos Exteriores español Josep Borrell dijo que los sucesos en Venezuela constituyen el "escenario peor que nos podíamos imaginar" y llamó a todos los sectores a evitar un derramamiento de sangre.
Por su parte, el gobierno del presidente Mauricio Macri apoyó "el espíritu de libertad" del pueblo venezolano para que "vuelva a imperar la democracia". México, en tanto, expresó "su preocupación por la posible escalada de violencia y derramamiento de sangre".
Bolivia y Cuba, gobiernos aliados a Maduro, condenaron el intento de "golpe de Estado"; y el presidente ruso Vladimir Putin analiza el alzamiento militar en curso en Venezuela con su principal organismo de seguridad, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov.