El nivel general del índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró una suba de 4,1% en el mes de marzo de 2019 respecto del mes anterior, por lo que al igual que el indicador de inflación mostró una aceleración.
Así lo informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al dar a conocer el Sistema de índices de precios mayoristas correspondiente a marzo.
El aumento se explicó como consecuencia de la suba de 4,1% en los "Productos nacionales" y de 4,4% en los "Productos importados". En los últimos doce meses, el IPIM acumuló un alza del 68% y en lo que va de 2019 el salto fue del 8,2%.
Los precios mayoristas habían subido 3,4% mensual en febrero; 0,6% en enero; 1,3% en diciembre; 0,1% en noviembre; 3% en octubre; 16% en septiembre, pico al que llegó por el impacto de la devaluación previa del peso.
Según el desglose del IPIM, lo que más subió en marzo fueron los precios del petróleo crudo y gas, con un alza mensual del 9%; seguido por las prendas de materiales textiles, con 8%; “otros medios de transporte”, con 7,8%; el tabaco, con 6,9%; la energía eléctrica, con 6,5%; y alimentos y bebidas, con 4,2%.
En tanto, en el acumulado anual lo que más se disparó fue el precio de los vehículos automotores, carrocerías y repuestos, con un alza del 85%; el costo de la energía eléctrica mostró un salto del 79,7%; mientras que las sustancias y productos químicos avanzaron 77,8% y los alimentos y bebidas subieron 59,2%.
Y en lo que va de 2019 los seis rubros que más alza acumulan son: la electricidad, con un 32%; los productos agropecuarios con un 17,1%; el tabaco con un 15,2%; las prendas de materiales textiles, con un 14,6%; y los alimentos y bebidas, con un 12,7%.
Si bien existe el IPIM contempla los valores de productos que en su mayoría son transables (que pueden consumirse en mercados extranjeros) y el IPC se construye casi exclusivamente sobre productos de consumo local, el primero tiene efecto en el mediano plazo en las góndolas.
Son distintos eslabones de las cadenas productivas y de la comercialización, pero el IPIM marca una inercia que va muy en línea con lo que luego se observa en los precios domésticos, más en una economía tan inestable y con disolución de referencias por la inflación como la de la Argentina.