Además de descansar de la rutina diaria y pasar unos días en familia o con amigos, las vacaciones implican cambiar hábitos alimenticios. Es que la lista de tentaciones son infinitas -desde rabas, papas fritas, y hasta hamburguesas, especialmente en ciudades playeras- que varían según el destino elegido. Según publicó Clarín, "está demostrado que una persona que en vacaciones no se cuida puede llegar a subir varios kilos en pocos días, perdiendo de vista todo el esfuerzo que venía haciendo en el tiempo previo".
En este sentido, las licenciadas en nutrición María José Villanueva y Florencia Brunello, creadoras de la cuenta de Instagram "Real Nutrición", fueron consultadas por el mismo medio y explicaron que la clave está en hacer un equilibrio: ni privarse, ni comer "de todo". Así, la primera recomendación de las expertas es no saltear comidas ni hacer largos ayunos.
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"Aunque es un momento de horarios relajados, resulta fundamental evitar pasar largas horas sin comer", se informa en el artículo. Y se detalla: "Un desayuno completo -que incluya lácteos, huevos, jamón o pavita natural- dará un buen aporte de proteínas para lograr saciedad y sostenerla durante las horas siguientes".
Entre otras recomendaciones, las especialistas ponen el foco en no pensar en prohibiciones, aunque sí evitar los antojos y no repetir el plato. Por último, recordaron la importancia de tomar, al menos, dos litros de agua por día para mantener la saciedad y la hidratación en momentos de altas temperaturas, así como moderar el consumo de bebidas alcohólicas y comer despacio, ya que el cerebro tarda 20 minutos en recibir la señal de saciedad.