Como si algo le faltara al 2018 para terminar de ser un año muy malo para la Argentina desde el punto de vista económico, Estados Unidos subió sus tasas de interés y abrió un nuevo capítulo de atracción para los capitales que dan vueltas por el mundo, con afectación a los países emergentes.
La Reserva Federal (Fed) estadounidense elevó las tasas de interés y avisó que no le temblará el pulso para endurecer su política monetaria. Esto fue una sorpresa después de que funcionarios dijeran que probablemente desacelerarán el ritmo de nuevos incrementos en 2019.
Jerome Powell, jefe de la Fed, decidió aumentar 0,25 puntos la tasa de fondos federales a un rango de entre un 2,25% y un 2,50%. La ecuación es simple: cuanto más paga la superpotencia, más dólares atrapa y se recorta la liquidez para los emergentes como la Argentina.
Jamie Cox, socio gerente de Harris Financial Group en Richmond, dijo a la agencia Reuters: "Creo que los mercados esperaban más en términos de una pausa" del endurecimiento monetario. Y agregó: "No es tan moderado como se esperaba".
Esto configura un escenario de estrés para las economías emergentes más volátiles como la de Argentina, que –a pesar de la estabilización macroeconómica- no logra convencer a los inversores que es un refugio seguro y que volverá a crecer en el segundo semestre de 2019.
En este escenario, el riesgo país de la Argentina subió hasta el máximo de la presidencia de Mauricio Macri: 787 puntos. Las causas son: la debilidad externa de la argentina y las dudas sobre si podrá pagar los vencimientos de deuda a partir de 2020.
Hay variables que lo muestran con claridad: los seguros contra default (CDS) de la Argentina a 5 años alcanzaron los 767 puntos cuando por ejemplo Brasil lo tiene en 206 unidades, México en 131,7 o Chile en 94.
Y las elecciones de 2019 suman ruido. Ya no sólo por un posible retorno del "populismo" que afecte las variables macroeconómicas del país sino también por la posibilidad de que Cambiemos no le encuentre la vuelta al programa económico para que la Argentina pueda volver a crecer.
Según el economista Rodolfo Santangelo, el nivel actual del riesgo país está influido por la incertidumbre política. Pero aclaró que hay "riesgo financiero" porque si bien la plata para pagar deuda en 2019 está disponible por el crédito del FMI, "no se sabe qué va a pasar del 2020 en adelante".
Mientras tanto, la inversión privada se derrumbó un 16,3% en octubre y se situó así por debajo de los niveles que registraba en 2015, según el Indicador Mensual de Inversión (IMI) del Instituto de Economía y Trabajo de la Fundación Germán Abdala. Y el gran interrogante para el Gobierno es qué ocurrirá en 2019.
Las proyecciones no son las mejores. Y es un agravante que las dudas de los inversores sobre el futuro de la Argentina haya comenzado a impactar en la economía: el Gobierno tuvo que suspender todas las nuevas obras del sistema de Participación Público Privada (PPP) para las altas tasas y la falta de financiamiento.
En el Gobierno admiten ante este diario que cada movimiento al alza en las tasas de la Fed es una preocupación. Pero estiman que la curva se suavizará por el pedido del presidente Donald Trump a Powel para terminar con las subas del costo del endeudamiento.
El máximo objetivo de Trump es que la economía de Estados Unidos potencie su crecimiento y quiere que los dólares vayan a la actividad real y no a buscar retornos en una cuenta bancaria, mientras intenta acordar con China para cesar la guerra comercial.
Powel dio señales de que enlentecerá el ritmo de los futuros aumentos de esas tasas y los miembros de la Fed pronosticaron dos alzas de tasas más el próximo año y una más para 2020, con la mediana de los pronósticos para la tasa de fondos federales en un 3,1 por ciento para finales de 2020 y 2021.
