La principal demostración callejera contra la Cumbre del G20 comenzó el viernes cerca de las 15. La marcha partió desde la 9 de Julio y culminará frente al Congreso de la Nación.
El jueves hubo un adelanto, casi a modo de previa: durante dos horas, la avenida 9 de Julio fue cortada por manifestantes que protestaron por la reunión de los líderes mundiales, pero también hicieron extensivo el blanco de sus quejas a las políticas del gobierno de Mauricio Macri y al acuerdo sellado con el Fondo Monetario Internacional.
Militantes del Polo Obrero (organización ligada al Partido Obrero), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el MTR (Movimiento Teresa Rodríguez), Barrios de Pie, entre otros movimientos sociales, bloquearon la emblemática avenida porteña, a la altura del edificio del ministerio de Desarrollo Social. "El G20 es ajuste", proclamaron los manifestantes.
Las marchas contra las cumbres del G20 se han reproducido en las distintas ciudades organizadoras, desde 2008 hasta hoy.
Algunas manifestaciones de grupos autodenominados "anti-sistema" derivaron en choques durísimos con los celosos dispositivos de seguridad que se montan (22 mil efectivos se desplegarán en Buenos Aires este fin de semana). Los episodios de julio del año pasado en Hamburgo, Alemania, aún están muy frescos.
“Welcome to Hell” (“Bienvenidos al Infierno”), fue la consigna de los grupos anti-cumbre más radicalizados. Hubo 197 policías heridos y más de cien detenidos, informó el gobierno alemán, a la vez que oficialmente se dijo desconocer qué cantidad de heridos había entre los manifestantes “porque ellos mismos se asisten”.
Melania Trump, esposa del presidente de los Estados Unidos, fue sitiada por los manifestantes en la residencia donde estuvo alojada. “Inaceptables”, dijo Angela Merkel, sobre los episodios de Hamburgo.
Distintos partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales, se agruparon bajo el nombre "Confluencia Fuera G20-FMI", y desde allí expresaron la decisión de manifestarse pacíficamente.
Permiso para protestar
Los organizadores solicitaron permiso a las autoridades para marchar por un área vedada al tránsito: desde 9 de Julio y Avenida de Mayo, en dirección al Congreso.
El Gobierno accedió al pedido. El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, en nombre de todos los grupos anti-cumbre, dio a conocer el comunicado oficial que le fue enviado: "por instrucción de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y en el marco de la necesidad de diálogo entre los argentinos que ha propuesto el presidente Mauricio Macri, se ha dispuesto dar respuesta satisfactoria a vuestra solicitud de manifestarse por los derechos que les asisten durante el día 30 del corriente, por las avenidas, por ustedes solicitadas, siendo éstas Avenida 9 de Julio desde San Juan, hasta Avenida de Mayo y por ésta hasta la Plaza de los dos Congresos a partir de las 15:00".
Gerardo Milman, el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, explicó que la autorización respondía a la necesidad de hacer "un aporte a la paz y la convivencia democrática", aunque manifestó su preocupación ante la eventualidad de que haya manifestantes con "caras tapadas" y pidió que los propios organizadores "aíslen" a los violentos.
“Bajo ningún punto de vista asumiremos las responsabilidades de seguridad que son propias del Poder Ejecutivo; nosotros reivindicamos y defendemos nuestro derecho a movilizar”, replicó Beverly Keene, activista social que acompañó ayer a Pérez Esquivel, en su anuncio de confirmación de la marcha de mañana. Keene llegó al país en representación de “Jubileo Sur”, una red de organizaciones sociales de alcance mundial.
Junto a ellos estuvieron otros integrantes del colectivo “Confluencia Fuera G20, como Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Ricardo Peidró, secretario general de la CTA Autónoma; el sindicalista Hugo Godoy, de ATE, y el diputado nacional del PTS-Frente de Izquierda, Nicolás del Caño. Son más de 70 los grupos que adhieren a la marcha de mañana.