La final de la Copa Libertadores que debían disputar River y Boca este sábado en el Monumental pasó de ser una fiesta a un bochorno. El omnibus que trasladaba a los jugadores xeneizes fue apedreado poco antes de llegar al estadio y ese fue el principio de una serie de hechos que derivaron en la posterganción del partido.
A partir de lo sucedido, hubo opiniones de todo tipo, que incluyeron a dirigentes como hinchas. Y parece que la trbuna se dividió en dos: aquellos que creen que le deben dar por ganada la Copa a Boca y otros que piensan que lo mejor es que la Libertadores se defina en la cancha. En ese sentido, una encuesta realizada por Vía País reflejó que un 60% de los lectores prefiere que se juegue la final, mientras que el 40% restante considera que le deberían dar por ganados los puntos al equipo de Guillermo Barros Schelotto.
Lo cierto es que, desde que el micro de Boca llegó al Monumental, las versiones en torno al partido fueron mutando. En un principio, se jugaba a las 18; al ver el estado en el que estaban Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo -con lesiones en los ojos-, se pasó a las 19.15 y más tarde se programó para las 20. En el medio de esos cambios, hubo declaraciones cruzadas, falta de información oficial e hinchas en el estadio que no sabían si quedarse o volverse a sus casas. Finalmente, la Conmebol decidió postergarlo para este domingo a las 17.
Hasta el más crédulo, sabía que el inicio del partido pendía de un hilo muy delgado, ya que Pérez seguía con problemas en su ojo izquierdo y los hechos eran demasiado recientes para el siga, siga... Y terminó sucediendo lo que era un secreto a voces: se postergó el partido.
Luego del escándalo, Rodolfo D'onofrio y Daniel Angelici, presidentes de ambos clubes, decidieron firmar un "pacto de caballeros" para jugar el partido en otra fecha. Sin embargo, desde Boca decidieron hacer un pedido formal a la Conembol para pedir los puntos y ganar la Copa.
Ahora, resta saber lo que definirán en la reunión que se llevará a cabo en la Conmebol este martes. Allí, las versiones y trascendidos tendrán patas cortas, y se sabrá con certeza lo que pasará: si se juega la Superfinal, si Boca es campeón o si llegan a otra determinación.