Boca, River y la Conmebol son los tres actores principales en el conflicto que el fútbol vive desde los incidentes del sábado por la tarde, que terminaron con la suspensión del segundo partido de la final de la Copa Libertadores. Pero es Boca el que peor la está pasando de los tres: el equipo sufrió el ataque al micro en el que viajaban los jugadores, y aunque ellos se niegan a jugar el partido, están siendo presionados por la Conmebol, por el presidente de River, y por sus propios directivos.
Por eso en hotel Madero, donde se aloja el plantel azul y oro, se vivió una madrugada intensa de reuniones, charlas e insomnio. En una sala, un grupo de abogados trabajó desde las 23 hasta las 5 en un escrito para presentar a la Conmebol.
En él, dejan en evidencia todas las irregularidades que se vivieron en el estadio de River y, sobre todo, en sus inmediaciones, especialmente en el ingreso del micro que transportó al plantel, y que sufrió una emboscada en la esquina de Lidoro Quinteros y Avenida del Libertador.
Los abogados buscan ampararse en el artículo 8 de Conmebol, que establece en su inciso 2: "Las Asociaciones Miembro y clubes son responsables de la seguridad y del orden tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio, antes, durante y después del partido del cual sean anfitriones u organizadores. Esta responsabilidad se extiende a todos los incidentes que de cualquier naturaleza pudieran suceder, encontrándose por ello expuestos a la imposición de las sanciones disciplinarias y cumplimiento de las órdenes e instrucciones que pudieran adoptarse por los órganos judiciales". La clave está en el final del inciso, donde dice "expuestos a la imposición de sanciones disciplinarias".
Sin embargo, Boca se siente derrotado antes de presentar ese escrito. El club considera que hay demasiados intereses económicos en juego para que la final se juegue sí o sí hoy a las 17. Por eso, Daniel Angelici estuvo durante toda la madrugada en la encrucijada de hacer o no la presentación. El sábado, cuando el máximo directivo de Boca planteó la suspensión, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez , le retrucó comprometiéndolo a que la Copa Libertadores se defina en la cancha esta tarde, y que tampoco haya reclamos posteriores.
Desde Boca, lo único claro es que ni los jugadores ni el club creen que se estén tomando las medidas suficientes luego de lo ocurrido. "Le pregunté a gente que conozco en España qué hubiera pasado en Europa si en la final de la Champions ocurría algo como lo que se vio hoy en el Monumental. Y la respuesta fue clara: 'La Copa va para Boca y diez años de inhabilitación para disputar torneos internacionales para River", le comentó al diario La Nación una persona muy cercana al cuerpo técnico.