Luisana Lopilato y Michael Bublé terminaron la casa de sus sueños. Después de tres años de planos, compra de materiales y albañiles, dieron por finalizada la construcción de una fastuosa mansión en Burbany, un pequeño pueblo canadiense de donde es oriundo el cantante. El problema es que en medio del "feliz estreno" surgieron algunos inconvenientes con los vecinos.
Entre las características más destacables de la construcción se puede nombrar que tiene 2.500 metros cuadrados cubiertos, en un terreno de 9.303.71 metros cuadrados; y que posee siete dormitorios y ¡15 baños!
Además, Bublé es fanático del hockey sobre hielo y se construyó "una canchita" 720 metros cuadrados en uno de los subsuelos para poder invitar al equipo local (los Burnaby Angels) a jugar un partido con él y sus hijos. Así lo contó recientemente en una entrevista televisiva.
La mansión también cuenta con una cancha de tenis a pedido de Luisana que se declaró fanática de este deporte.
Como no podía ser de otra manera, la casa también tiene pileta climatizada y un jardín de 6.000 metros cuadrados.
No todo es alegría
Según contó Big Bang News, la construcción de la mansión, a cargo del arquitecto canadiense Michael Gree, comenzó en mayo de 2015. Está ubicada en medio de un barrio residencial de clase media, frente al colegio primario al que asistió Bublé.
Y, pese a que tener a una celebridad como vecino puede resultar tentador y valorizar el barrio, varios vecinos se quejaron alegando que la propiedad violaba varias normas de construcción regional, y acusando al alcalde de beneficiar al cantante y a su familia.
El problema fue que en medio de un vecindario con casas con el frente abierto y jardines amplios, Lopilato y Bublé le pidieron al arquitecto la construcción de un muro de dos metros y medio de altura para resguardar su privacidad.
"La pared es necesaria por motivos de seguridad, pero será suavizada con árboles a lo largo de su cara exterior", justificó el arquitecto en el informe presentado ante la alcaldía. Sin embargo, el código de la ciudad sólo permite paredones de un metro de altura.
Ante esta situación, una vecina escribió una dura carta al diario local, Burnaby Now que argumentaba: "La construcción ya desentona tanto con el barrio que es difícil creer que la ciudad lo haya permitido. Ni hablar del búnker de hormigón que están armando para rodearlo".
Además de un gran lugar para vivir, esta mansión significó un gran negocio para la familia: lo que en 2015 pagaron un millón de dólares hoy ya vale más de 11 millones. Igualmente, si algo no le falta a Bublé es dinero. Según Forbes, solo en 2017 el músico facturó 45.5 millones de dólares y su fortuna está valuada en 150 millones.