Es una obra de Alejandro Marmo que representa el diálogo interreligioso. El Presidente se la pidió especialmente al artista.
Se trata de una pieza hecha con materiales de descarte, como toda la obra del artista argentino de 46 años. En este caso, la escultura representa la unidad de las tres grandes religiones: una cruz montada sobre una base que simboliza una estrella de David, y también tiene dos medialunas, símbolos del Islam.