Esta niña japonesa, de un año, llamada Tsukasa se estaba mirando al espejo cuando de repente le dieron ganas de estornudar. Pero su estornudo fue más fuerte que la propia fuerza de gravedad y la hizo caer de espaldas.
Su madre capturó el momento y, como le causó mucha gracia, su padre lo compartió en Twitter. Jamás se imaginó que iba a cosechar tantos corazones y retuits.
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