Las horas de que el Pity Álvarez pasó como prófugo de la Justicia no fueron muchas. Después de asesinar a balazos a Cristian Díaz el 13 de julio en Villa Lugano, Gabriel Álvarez Congiu, como se lee en su DNI, pasó por un recital de Ulises Bueno y luego se entregó a la Policía. En eso, reconoció ante un periodista: "Lo maté porque era entre él y yo. Era él o yo. Él era un pibe que choreaba. Lo maté porque si no él me iba a matar".
Si bien reconoció su autoría ante las cámaras cuando llegó junto a su abogado Sebastián Queijeiro a la Comisaría Vecinal 8-C de la Policía de la Ciudad, más tarde el cantante de Viejas Locas se negó a declarar ante el juez porteño Martín Yadarola.
Este magistrado fue quien dispuso que el Pity fuera trasladado y alojado en la cárcel de Ezeiza bajo el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma) para detenidos que sufren de trastornos mentales o de consumo de sustancias psicoactivas. Así se encuentran detenidos también Giselle Rímolo, Susana Freydoz (viuda del exgobernador Carlos Soria) y por allí también pasó el ex Calljeros, Pato Fontanet.
En los próximos días Yadarola deberá ordenar estudios físicos y psicológicos para determinar con exactitud el estado de la salud física y mental del Pity, informó La Nación.