Kalea y Noah Avery son dos hermanos de seis y cuatro años de Carolina del Sur. Ambos se enfrentan a un cáncer cerebral, una enfermedad que le fue diagnosticada primero a Kalea y dos semanas después a su hermano menor.
Los padres decidieron llevar a Kalea al médico en mayo después que la niña se quejara de dolores de cabeza. El neurólogo ordenó realizar una resonancia magnética y encontraron un tumor de 3,5 centímetros cerca del cerebro, que le fue extirpado a principios de junio. Tenía un medublastoma, un cáncer que se forma en la base del cráneo y que puede afectar a las funciones motoras y cognitivas
14 días después, Noah había empezado a hacer siestas más largas. Los padres creyeron que su apatía se debía a la situación que vivía su hermana, pero cuando comenzó a quejarse de dolor de cabeza en el mismo lugar que Kalea (entre las cejas) y a caminar inclinado decidieron ir al médico. Ante esta situación la madre de los hermanitos dijo: "Mi corazón se sentía literalmente como si se hubiera roto"
Y al devastador diagnóstico, la familia suma la angustia por tener que pagar un doble y costoso tratamiento. Por eso, una página de GoFundMe pretende ayudar a los padres de Kalea y Noah a conseguir los 150.000 dólares que necesitan para intentar salvar a sus hijos.
Los chicos pronto empezarán a recibir sesiones de rayos y quizás también de quimioterapia. Los especialistas dicen que con este tratamiento podrían salvarse.