Análisis: paro general ¿y después qué?

Por Horacio Serafini

CGT  (Clarín)
CGT (Clarín)

Nadie puede poner en dudas la contundencia y el alcance del paro general. Tampoco la claridad de su consigna declaradamente contraria a la política económica, social y laboral del Gobierno, atada en más al acuerdo con el FMI. Pero después de este lunes lo que genera incertidumbre es qué perspectiva tendrá la protesta sindical en el corto plazo, a la luz de las diferencias internas dentro de la CGT.

Las divisiones internas volvieron a quedar expuestas intemperie en los dichos, los gestos y las bambalinas de la conducción cegetista a la hora del balance en la sede histórica de Azopardo.

Hubo excepcionales expresiones de contento por el alcance de la protesta que pudieron observarse entre los triunviros y los integrantes del Consejo Directivo en el estrado.

Hasta el más "oficialista" de los triunviros, Héctor Daer, se permitió sin mencionarlo lanzar una estocada memorativa directa a Hugo Moyano, amparado en la réplica a la acusación de que la CGT "es el PJ" que se lanzó desde el Gobierno para desacreditar la protesta: recordó que Mauricio Macri candidato estuvo acompañado de tres dirigentes sindicales (Moyano fue uno de ellos) cuando inauguró el primer monumento público a Juan Perón en la capital.

Daer representa al sector aún creyente en la conducencia del diálogo con el Gobierno. Detrás de él se ubican en términos generales los "gordos" de sindicatos de servicios y los "independientes" de histórico feeling oficialista de turno.

Pero a la hora de la hora, tampoco ellos “bancaron” a quien aspira a ser único secretario general de la CGT. El “albañil” Gerardo Martínez (Uocra) participó de la reunión previa del consejo directivo de este lunes, pero no bajó del cuarto piso al Salón Felipe Vallese de la conferencia de prensa. Sus socios Andrés Rodríguez (estatal de Upcn, de viaje al exterior, remplazado por su adjunto) y José Luis Lingeri (obras sanitarias), directamente se borraron. Igual hicieron el colectivero Roberto Fernández (UTA) y el maquinista Omar Maturano (La Fraternidad), claves para la contundencia del paro.

Ni hablar de lo que pasó en el cuarto piso del salón de reuniones del Consejo Directivo. Daer puso cara de sota ante el reclamo imprevisto del dirigente lucifuercista patagónico Héctor González. El vocal cegetista les recordó que en la reunión anterior que había pasado a cuarto intermedio, quedó pendiente tratar la crítica situación en Chubut: casi tres meses en que los estatales y paraestatales provinciales cobran en tres cuotas sus salarios, sin que la Nación envíe un peso. "Estamos al borde de un chubutazo", les enrostró González, a la vez que les pidió un "plan de lucha" tras el paro.

Así las cosas, nadie atina a augurar cómo seguirá. Más aún cuando en dos meses, un congreso nacional intentará definir un único secretario general. Misión imposible, como puede verse.