Una foto desgarradora recorre el mundo y refleja el lado más oscuro de la política contra la inmigración.
Una niña de dos años nacida en Honduras es separada de sus padres en el Valle del Río Grande, en el extremo sur de Texas.
La imagen comprueba la crueldad y la desesperación por la que pasan muchas familias en la frontera entre México y Estados Unidos.
Amnistía Internacional calificó de "espectacularmente cruel" la política de "tolerancia cero" contra la inmigración ilegal del Gobierno de Donald Trump y dijo que separar a los niños de sus familias en la frontera "no dista mucho de la tortura".
En un comunicado, la organización condena las "repugnantes imágenes de niños separados cruelmente de sus padres y puestos en jaulas" y cree que "dejarán una mancha indeleble en la reputación de Estados Unidos".
La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, defendió que, según el derecho internacional, la práctica de "arrancar a los niños de los brazos de sus padres y colocarlos en centros de detención saturados" puede considerarse tortura por el daño mental que acarrea para las familias.
"No hay ninguna duda de que la política de la Administración del presidente Trump de separar a madres y padres de sus hijos está diseñada para imponer un sufrimiento mental severo en esas familias con el objetivo de disuadir a otros que puedan intentar buscar cobijo en EE.UU.", apuntó.
"Esta práctica cruel e innecesaria está siendo impuesta no solo a familias que cruzan de forma irregular, sino también a aquellos que buscan protección en los puertos de entrada", advirtió Guevara-Rosas.
Por esta nueva política de "tolerancia cero" impuesta por Trump, casi 2.000 menores han sido separados de sus padres inmigrantes en el último mes y medio.