Refutadores de leyendas. Alemania apagó el Fuego Naranja en la final. Como en 1954, cuando venció a la favorita, Hungría. Los Teutones comenzaban a cimentar su fama de "invencibles". Su técnico, Helmut Schon, es el único que llegó a tres podios: segundo en 1966, tercero en el '70 y campeón en el '74.
Brasileño. Franz Beckenbauer comenzaría a destronar a Mario Zagalo. Se coronó campeón como futbolista y en 1990 lo haría como técnico. Era el líbero ofensivo de Alemania, y de chico lo apodaban "Brasilianer" (brasileño), por su técnica. Después, sería el Kaiser. Confesó que se inyectaba su propia sangre para aumentar el rendimiento. Sus hazañas, los títulos y jugar con el hombro dislocado contra Italia en México '70.
El 13 de la suerte. Con 14 goles, diez en México '70 y cuatro en 1974, Gerd Muller, el Bombardero de la Nación, se transformó en el máximo goleador de los Mundiales hasta que lo desplazó el brasileño Ronaldo. En la espalda, lucía el número 13. Y su colección de goles la realizó en 13 partidos.
Fútbol total. En el inicio de la final, Holanda realizó 16 pases hasta el penal a Johan Cruyff, en 45 segundos. Gol de Neeskens, al minuto. Todo sin que los alemanes tocaran la pelota. Una Holanda mágica en la que los futbolistas concentraban con sus esposas. En el mismo torneo despacharon a Uruguay, a la Argentina (con un 4-0) y a Brasil. Subcampeón, es el segundo del que todos se acuerdan.
Nuevo objeto del deseo. Con Brasil ya dueño de la Copa Jules Rimet, se pone en juego la Copa Fifa. Pesa seis kilos, de los cuales casi cinco son de oro macizo. Es propiedad de la Fifa (a los ganadores les entregan una réplica) y sólo pueden tocarla los campeones del mundo y los Jefes de Estado. El resto debe ponerse guantes según el rígido protocolo de Fifa. En la base están escritos los nombres de los seleccionados campeones y en 2030 se acabará el lugar.
Vengan a ver al nuevo O rei. Joao Havelange asumió a tres días del Mundial. El brasileño, ex cocinero y jugador de waterpolo, fue el primer presidente no europeo de la Fifa. Y el más duradero, hasta 1998. Se jactaba de que cuando llegó, la casa del fútbol contaba con 20 millones de dólares y cuando se fue, con 4.000 millones. "La Fifa tiene más afiliados que la ONU", enarboló. Murió a los 100 años, envuelto en acusaciones de corrupción.
Muchachos peronistas. El 1 de julio de 1974, falleció Juan Domingo Perón. Consternados, los futbolistas argentinos, pidieron postergar el partido de dos días después con Alemania Democrática. La Fifa no aceptó, jugaron y empataron, en medio del duelo. El minuto de silencio se hizo con el partido en marcha, a los 10. El gol, de Houseman, uno de los que no quería jugar. Y debutó el Pato Ubaldo Matildo Fillol.
Argentinidad. Al Ratón Rubén Ayala una famosa peluquería alemana le ofreció 3.000 dólares para cortarle la melena. No aceptó. En ese Mundial, Héctor Chirola Yazalde (apodado así porque repartía diarios, por chirolas), convirtió frente a Haití el gol 900 de los Mundiales. Su fama venía además por haberse casado con la modelo más conocida de Portugal.
Del otro lado del Muro. Por vez primera, la mascota es doble: Tip y Tap, dos muchachitos, uno bajo y de pelo negro. El otro alto y rubio. Y se enfrentaron por única vez las dos Alemanias (separadas por el Muro de Berlín), en Hamburgo. La Federal, futura campeona, perdió 1-0 con la Democrática, debutante. El autor del gol, Jurgen Sparwasser, declaró: "Si en mi lápida ponen Hamburgo, 1974", todos sabrán que soy yo".
La Roja. El delantero chileno Carlos Casley fue el primer futbolista en ver al tarjeta roja en Mundiales. Ocurrió en el debut contra Alemania Federal. Se lo conocía por su desafío a Agusto Pinochet, ya que en la despedida de Chile fue el único de la delegación que no saludó al feroz dictador. Su madre, Olga Garrido, fue secuestrada y torturada y recién lo hizo público en 1988.
Expulsion negativa. Jean Joseph, futbolista haitiano, dio positivo en el control antidóping que comenzó a instrumentarse en ese Mundial. Era un volante mulato y pelirrojo. Ensayó en su defensa que era pastillas contra el asma. Oficiales haitianos se lo llevaron a golpes de nuevo a la isla, donde se corrió el rumor que fue torturado por el régimen militar de los Duvallier. Pero volvió y jugó eliminatorias para 1978 y '82.
La pilcha del campeón. Adidas comenzó a vestir a seleccionados, por ejemplo a Alemania, que también utilizaba botines de esa marca. También vestía a Holanda, pero Johan Cruyff tenía contrato con Puma, la marca rival, y se negaba a lucir la casaca con las tres tiras. Entraron en conflicto y ganó el jugador, un gran rebelde, ya que usó una camiseta distinta, con sólo dos tiras.
Los pantalones empezaron a llevar números.
Partido fantasma. Chile accedió a la Copa porque en el repechaje, Unión Soviética se negó a jugar en el Estadio Nacional de Santiago, por ser centro de tortura. Los chileno entraron al campo de juego, sacaron del medio y el capitán Valdez anotó el gol en un arco vacío,
Ya en el torneo, un grupo de exiliados irrumpió en el Chile-Australia para protestar contra la dictadura de Pinochet.
De terror. Zaire perdió 9-0 con Yugoslavia, la goleada más abultada del Mundial. Y contra Brasil, estaban bajo amenaza: si caían por más de cuatro goles, no volvían al Africa. En el banco, los suplentes fumaban. Perdían 3-0 y en un tiro libre que era medio gol para Brasil, el lateral Mwepú corrió desde la barrera y pateó la pelota. Era por pánico. En el partido anterior había pateado al árbitro, quien por error expulsó a otro compañero.