Maldita efedrina. Nastizol, unas gotas utilizadas para descongestionar las vías nasales y que contienen efedrina, sustancia prohibida por la Fifa. La causa de la caída de Diego Maradona, el máximo ídolo del fútbol argentino, en los Mundiales. La AFA lo excluyó después del triunfo sobre Nigeria y del arranque triunfal en la Copa, para el tercer partido de la fase inicial (derrota con Bulgaría) y en octavos con Rumania (derrota 3-2 y eliminación). La Fifa lo sancionó con 15 meses de suspensión. El rey ha muerto...
Peor final. Brasil e Italia, dos campeones del Mundo que iban por el logro de ser Tetracampeones, protagonizaron la final más deslucida de los Mundiales. Empataron 0-0, el marcador no se modificó en el alargue y, por primera vez, la Copa del Mundo se definió desde el punto del penal. Ganó el Scrath con un magro 3-2. Y eso que jugaban Romario y Roberto Baggio (marró su penal).
Romario, fantasía. Nació en una favela de Río de Janeiro y se crió en otra, Vila da Penha, que ahora tiene una calle con su nombre. Romario, la gran figura de aquel Brasil Tetracampeón, se destacaba por sus habilidades y por su espíritu festivo. En la Copa América de Bolivia 1997 se fugó de la concentración para un encuentro con una dama. Y también confesó que mantuvo relaciones sexuales en el Maracaná, después de un control antidoping y cuando ya no quedaba nadie. Solo su novia.
Inoxidable. El zaguero Franco Baressi se lesionó la rodilla en el segundo partido del Mundial, frente a Noruega, y debieron operarlo de meniscos. Con 34 años en sus espaldas, se recuperó en tiempo récord y jugó la final, menos de un mes después. Capitán y figura. Falló en uno de los penales que dejaron a Italia sin el título, pero igual lo destacaron como el mejor del partido. En ese Mundial, se estrenaron los carritos eléctricos para trasladar a los lesionados.
El mundo en Estados Unidos. Resultó ser el torneo con más cantidad de público. Justo en un país sin tradición futbolera, pero con nutridas colectividades de cada país. En total, la concurrencia trepó a 3.587.538 espectadores, con una media de 68.981 por partido. Cinco de los estadios superaban en capacidad las 75 mil personas. Por primera vez, se disputó un partido mundialista en un estadio techado, el Silverdome en Pontiac (Detroit). La final se jugó en el Rose Bowl de Pasadena, inaugurado en 1910 y para 103.812 espectadores.
Nace un clásico. Argentina enfrentó por primera vez a Nigeria. Y le ganó 2-1 con los goles de Claudio Caniggia, como también lo haría en el 2002, 2010 y 2014, siempre con triunfos. La tarde negra de Diego. La Selección había comenzado goleando Grecia (se fue del Mundial sin anotar un gol) y pintaba como seria candidata al título. Le cortaron las piernas.
Tiro fatal. Colombia llegaba como candidata a EE.UU por golear a Argentina en Eliminatorias. Pero perdió contra el local 2-1, con gol en contra del zaguero Andrés Escobar. Diez días después, ya en su país, en la discoteca Padova, discutió con un narco paramilitar y en estacionamiento contiguo, el chofer y guardaespaldas del malviviente le disparó seis balazos. 24 años después, Santiago Gañón, el narco, cayó en prisión en Estados Unidos por tráfico de drogas y no por el asesinato.
Destino final. De aquel Mundial tomaron parte también otros tres futbolistas con trágico final, como el de Andrés Escobar. El también colombiano Hernán Gaviria, a quien lo mató un rayo en 2002; el camerunés Marc Viven Foe, con muerte súbita en 2003 en pleno campo de juego por Copa de Confederaciones, justo ante Colombia. Y el boliviano Ramiro Chocolatín Castillo, quien en 1997 se suicidó por la depresión al perder a su hijo por una hepatítis. Regla de tres de la Fifa.
Goles para la historia. En el 6-1 que lo propinó Rusia a Camerun, cinco fueron obra de Oleg Salenko. Con seis tantos en total, fue el goleador del torneo junto al célebre búlgaro Hristo Stoichkov. Se dice que en 2010 vendió el trofeo, agobiado por las deudas. El descuento para los africanos lo consiguió el legendario Rogger Milla, con 42 años y 69 dias. Es el más veterano en señalar un gol en Mundiales. Le llevaba 23 años a Rigobert Song, el más joven de sus compañeros del plantel.
Regla de tres de la Fifa. Desde 1994, los partidos comenzaron a otorgar tres puntos para el vencededor (y siguieron con un punto para los que empataban), como ya se estilaba en la Liga inglesa. Además, se permitió el tercer cambio por equipo, en caso de lesión o alguna contingencia del arquero. Después del torneo, el tercer cambio se extendió a los jugadores de campo.
Hombres de negro. Los árbitros dejaron de usar ropa oscura, para empezar a lucir casacas de colores. Azules, rojas y verdes, y también combinadas. El representante del referato argentino fue Francisco Lamolina, el del "siga a siga", y lo designaron como cuarto árbitro para la final. En la indumentaria, la novedad fue el nombre de los jugadores en el dorsal de la camiseta. Y el número, más pequeño, en el pecho.
Los alemanes sean unidos. El partido inaugural de 1994 tuvo como protagonista al campeón, Alemania,, ante Bolivia, que volvía a un Mundial después de 44 años. Jürgen Klinsmann anotó el gol del triunfo, que fue el primero de la Alemania unificada tras la caída del Muro de Berlín, y de que el fútbol germano se uniera en una sola camiseta, en noviembre de 1990. Matthias Sammer, organizador de juego, y el delantero Andreas Thom, dos figuras del equipo, que venían de Alemania del Este.