Mientras el Fondo Monetario Internacional pide más ajuste, el presidente Mauricio Macri está dispuesto a pagar el costo político para recibir esos fondos. Existe un proyecto para achicar los gastos del PAMI: el Presidente busca reducir la nómina de empleados del Estado.
Este ajuste será gradual al igual que la modificación en los planes sociales de los jubilados. El Presidente será inflexible con los aumentos en las facturas de la luz y del gas y llamó a un gran "acuerdo nacional" con diferentes sectores de la economía para ampliar su base de sustentación política.
La convocatoria al "Gran Acuerdo Nacional" incluirá a los gobernadores del PJ (partido Justicialista); a la oposición; empresarios; agrupaciones sociales, y a la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT). De estos últimos se está ocupando el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, además de cerrar las paritarias. Por su parte, el secretario general de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, ya le pidió a los gremios alineados con su liderazgo que ayuden al Gobierno.
No obstante, para el periodista Nicolás Wiñaski será difícil negociar con la CGT el cambio del PAMI, la obra social de los jubilados. La idea es que los grandes sindicatos de la CGT se queden con los aportes de los afiliados que se jubilan y que hoy transfieren al Gobierno para que vayan al PAMI. El objetivo es que sean las obras sociales gremiales las que se hagan cargo de la salud esos jubilados. El proyecto avanzará siempre que cuente con el consenso de los sindicatos de la CGT.
En principio, los grandes gremios no rechazan esta novedad. En cambio, sí lo hacen los sindicatos más chicos: les faltarían fondos para responder a la nueva demanda.