El embajador de Grecia en Brasil, Kyriakos Amiridis, cuya desaparición el pasado pasado lunes puso en alerta a gran parte de la policía carioca, fue víctima de un asesinato en el que tuvo participación su esposa, la brasileña Francoise Souza Oliveira de Amiridis.
El cadáver del embajador fue encontrado calcinado en la noche del jueves dentro de un automóvil abandonado en la localidad de Nova Iguazú, al norte de Rio de Janeiro.
La viuda del embajador confesó a la policía haber participado en el asesinato de su marido, según informa el diario O Globo, aunque no aporta detalles sobre cual fue el rol de la mujer en el crimen. Amiridis, de 59 años, convivía con la mujer desde hace 15 años y juntos tenían una hija de 10 años.
El griego sido cónsul en Rio de Janeiro antes de asumir como embajador y su esposa brasileña tenía una casa en Nueva Iguazú, adonde ambos se habían alojado para pasar unas vacaciones este fin de año.