El corazón de Mendoza tiene nombre: San Rafael. Y más allá de que la metáfora refiera a la ubicación geográfica dentro de la provincia, recorrer la región alterará seguro al órgano que late.
Los circuitos del Atuel y Diamante (los dos ríos que atraviesan el departamento), la alta montaña, el turismo aventura, los viñedos y la buena cocina no dan respiro al visitante, que se deslumbrará con un paisaje con los Andes siempre presentes. Apenas 37 km al sur de la ciudad está el cañón del Atuel, donde el agua verde esmeralda invita a los deportes náuticos.
Si queremos rumbear hacia el oeste, las paradas obligadas son el cañón del Diamante, Los Reyunos y el embalse Agua del Toro, donde las actividades son variadas, accesibles y en contacto con la naturaleza. Para ir hasta la alta montaña (El Sosneado, Volcán Overo y Laguna Atuel) habrá que recorrer más kilómetros, pero el viaje recompensa con creces.
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