Nélida Inés Puente fue la anestesista que atendió a Débora Pérez Volpin durante la endoscopia que le realizaron en el Sanatorio de la Trinidad y durante la cual falleció la periodista y legisladora.
Según publicó el diario Clarín, Eduardo Gerome, abogado que defiende a Puente, contó que su defendida y la periodista no se conocían de antes, pero que en los minutos previos al procedimiento entablaron una charla muy amena, en la que se estableció "una relación de empatía muy grande", explicó el letrado.
Luego contó que “se hizo una sedación simple con una droga especial para este tipo de casos”.
"La labor de la anestesista es en forma exclusiva mirar los valores de oxígeno", agregó el letrado y contó: "A los cinco minutos de empezado el estudio se produce una brusca caída del nivel de oxígeno. La paciente no pudo respirar. Allí se para todo y se la empieza a reanimar. Llaman a todos los médicos que estaban cerca".
También aclaró que los profesionales se quedaron sorprendidos de que no se haya podido reanimar a la paciente.
"Esta situación dejó a mi clienta muy mal. Ella tiene muchos años de profesión, y nunca se le murió un paciente, quedó con una gran angustia de lo sucedido".
En la autopsia que finalizó anoche, y de la que participó un perito de parte de la anestesista, quedó establecido que la Pérez Volpin tenía lesiones en el estómago y el esófago.
"Mi clienta no se explicaba qué había pasado, pero sabía que no podía haber sido nada del tipo anestésico. Esa caída en la respiración, la imposibilidad de respirar, eso se debió a algo extraño", detalló. Y agregó que fue por eso que inmediatamente después de que la familia realizara la denuncia, decidieron presentarse en forma espontánea. Esto permitió que el juez hiciera lugar al pedido de presentar un perito de parte para la autopsia.
