Luciana hizo una denuncia en Facebook y su relato se viralizó por todo el país. La joven contó que tiene pesadillas y algunas noches todavía se despierta gritando "no me toques". A sus 15 años aceptó un trabajo en la casa de una pareja amiga de su mamá, a pocas cuadras de la suya, y terminó siendo violada.
"Tenía 15 y no lo sabía. Pero pasó. Me pasé horas adentro de la ducha, con una sensación de insuficiencia, me sentía sucia. Ni toda el agua del mundo me podía limpiar", escribió.
También detalló que no pasó una sola vez. Los abusos se extendieron durante meses. "Bajo manipulación no logras entender lo que está pasando. Estaba a la defensiva. Enojada. Triste. Fuera de mí y a la vez tan sumergida que sentía que no podía salir...Me pusieron en contra de todo lo que amaba, de todo lo que quería", agregó.
Cuando pudo compartir lo que le estaba sucediendo, con una amiga, el calvario terminó. "Siempre digo: me enteré que esto pasaba cuándo mi mamá se enteró. Se sentó con lágrimas a punto de salir y me preguntó si había pasado", explicó Luciana.
La madre fue a hacer la denuncia en la fiscalía N°7 de Morón, porque ella era menor. Sin embargo, nunca siquiera le tomaron declaración. Ni a ella, ni a las dos personas acusadas de abuso sexual. "Me mostraban frente a sus amistades como un trofeo. Él le decía a sus amigos 'mirá la piba que me estoy comiendo´", sostuvo la joven.
Sin más, Luciana se animó a contar que las secuelas que vive en la actualidad son muchas. "Sigo llorando después o durante la relaciones sexuales por algo que todavía no sé cómo definir", definió.
"Tengo miedo no por mí, sino porque pueden estar haciendo lo mismo con sus hijas o con otras chicas. Marcelo es una persona muy violenta. No pueden quedar impunes", remarcó.
