Cientos de cubanos radicados en Miami celebraron la muerte del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, con champagne, bailes, fuegos artificiales y bocinazos.
Los exiliados anticastristas se congregaron en el emblemático café Versailles, apenas se divulgó la noticia de que Castro había fallecido.
Mientras tanto, varios de los manifestantes lanzaron fuegos artificiales y otros hicieron sonar insistentemente las bocinas de sus automóviles.