Tras el desalojo del predio tomado en Guernica, la Conferencia Episcopal Argentina emitió un documento para dejó en claro su postura: "La Iglesia no avala las tomas".
"Nada justifica la intrusión y la violencia a costa de la vida y los derechos de los demás. La Iglesia no avala las tomas. Son ocasión de violencia y agitación social, muchas veces incentivadas", indica el comunicado del organismo que nuclea a los obispos argentinos.
De esta manera, la Iglesia tomó distancia del referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Juan Grabois, quien defiende la toma de tierras y es cercano al papa Francisco.
Y agrega: "Mucho menos aceptable es el oportunismo de quienes se aprovechan de la extrema necesidad de los más pobres para usarlos en función de sus propias ganancias y clientelismo político".
"Como cristianos nos sentimos interpelados ante toda forma de exclusión que deja a hombres y mujeres sin un techo digno", aclararon el el texto.
Sobre los incidentes entre la policia y los manifestantes, la Iglesia aseguró: "No podemos dejar de expresar también la preocupación por cualquier resolución de estos conflictos que naturalice la violencia y ponga en riesgo la vida de las personas".
En otro momento del texto, firmado entre otros por el monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, y el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, el organismo le reclama al Estado su responsabilidad en la creación de políticas para brindar acceso a la vivienda y al trabajo digno.
"En estas horas dramáticas, en que los casos se replican, confiamos en que una diligente intervención de la justicia evitaría escaladas de violencia entre las partes. Con la autoridad de su mediación se facilitaría el diálogo con las autoridades proponiendo posibles alternativas para las familias pobres que verdaderamente necesiten un lugar para vivir",enfatizaron.