El Gobierno nacional volvió a poner en vigencia una antigua resolución dispuesta por Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio en 2010. Se trata de restricciones a la importación de libros y productos impresos, para "controlar el contenido de plomo" de éstos.
La resolución 253/2020 se enfoca en el ingreso al país de libros de estampas, cuadernos para colorear para niños y material impreso en hojas sueltas, pero no alcanza a las partidas de libros o cuadernos que ya estén en tránsito al país. Es un mecanismo pararancelario, pero oficialmente se explicó que busca "proteger el bienestar de los usuarios y consumidores así como favorecer el normal desenvolvimiento de la economía".
Además señala como uno de sus objetivos "eliminar los peligros derivados del uso de tintas con alto contenido de plomo en productos gráficos", para la "protección de los usuarios y consumidores".
En noviembre de 2010 Guillermo Moreno lanzó por primera vez la medida, que ahora lleva la firma de la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. Luego, en enero y noviembre de 2016, el secretario de Comercio del gobierno de Mauricio Macri, Miguel Braun, la modificó.
De la norma de Moreno -que disponía que los fabricantes nacionales e importadores debían certificar el plomo contenido por las tintas utilizadas, para permitir su ingreso o no- Braun excluyó a libros, diarios, revistas, productos de uso artístico y pigmentos, y eliminó la posición arancelaria sobre este rubro. Así el ingreso de estos objetos quedó liberado.
Ahora, la resolución de Español sostiene que lo impuesto por Braun alteró "el espíritu del régimen" y dio marcha atrás porque confía en que generará "el establecimiento de estándares de producción" y la "mejora de la competitividad para los productos que se fabrican y comercializan en el país", informó TN.