En un nuevo episodio de la escalada de tensión que se vive en la península coreana, EE.UU. desplegó dos bombarderos estratégicos en la región, mientras que Corea del Norte amenazó con una "acción justa y contundente" si la Casa Blanca insiste en sancionarla por sus pruebas con misiles.
El Pentágono envío los bombarderos B-1B desde su base de Andersen, en la isla de Guam (Pacífico Occidental), para que participaran en ejercicios combinados con las fuerzas aéreas surcoreanas y japonesas, que desplegaron aviones cazas F-15K y F2, respectivamente, en abierta respuesta al lanzamiento de un misil intercontinental (ICBM) realizado el viernes por Corea del Norte.
"Esta misión es una respuesta directa al lanzamiento provocativo de misiles balísticos por parte de Corea del Norte", explicó en un comunicado la Séptima Fuerza Aérea estadounidense.
"Corea del Norte sigue siendo la amenaza más acuciante para la estabilidad regional", afirmó en el texto el general Terrence J. O'Shaughnessy, comandante de las Fuerzas Aéreas del Pacífico.
El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump se refirió al último ensayo del gobierno comunista y aprovechó la ocasión para volver a cuestionar la estrategia diplomática que lleva adelante China en el conflicto con Pyongyang.
"Estoy muy decepcionado con China. Nuestros ingenuos líderes pasados les han permitido hacer centenares de miles de millones de dólares al año en comercio y sin embargo no hacen nada por nosotros con Corea del Norte" espetó Trump a través de su perfil oficial en la red social Twitter.