En la cuarentena obligatoria por el coronavirus, la violencia no descansa. En los últimos días, se conocieron públicamente agresiones a muhcos profesionales de la salud. El último episodio de esta índole tiene a una enfermera como protagonista.
Gabriela Sotelo es una auxiliar de gerontología que denunció los maltratos de un vecino que la golpeó y la roció con un desinfectante en su rostro. La víctima dialogó con "Crónica HD" y reveló los ataques que sufrió por parte de esta persona, quien no quiere que ella regrese a su hogar, ubicado en el barrio porteño de Caballito, luego de finalizar su jornada laboral.
La razón detrás del episodio es la paranoia que se vive en algunos edificios con los profesionales de la salud. Muchos vecinos no quieren que quienes trabajan regularmente en hospitales o en lugares donde están en contacto con posibles infectados de Covid-19 ingresen a sus casas por miedo a que sean contagiados.
Sotelo contó que tanto su hija como su madre también sufrieron violencia.
"Mis hijas y mi mamá también fueron víctimas", aseguró en diálogo con el canal e identificó al sujeto como Cristian Hernán.
"No digo el apellido por una cuestión legal, ya hice la denuncia. Fue detenido por seis policías", afirmó en la entrevista la mujer, y confesó: "No quiero dejar sola a mi mamá y mi hija, no sé qué pueden llegar a hacerles".
Sin embargo, se mostró firme y decidida, y relató que ella no se va a "bajar de este barco" porque "el que está afuera de lugar es él".
Además, Sotelo aprovechó el espacio para compartir cómo se siente ir a trabajar todos los días estando expuesta y corriendo riesgo de contagiarse, al igual como el resto del personal de la salud. "Me voy a trabajar con miedo", declaró en su desgarrador descargo.
Días atrás, vecinos le pidieron a un miembro de la Cruz Roja que no vuelva a su casa. Le dejaron un cartel anónimo pegado en el espejo del ascensor del edificio donde vive el director de Emergencias de la entidad.