La negociación que encara el Gobierno en relación a la deuda entra en su recta final y las especulaciones entre bancos, bonistas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) crecen en torno a la oferta final que presentará la Argentina. Y también figura como una incertidumbre hasta dónde estarían dispuestos a ceder los acreedores.
Según fuentes vinculadas a esta operación consultadas por Clarín, las claves de la negociación encabezada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, son:
- La Argentina estaría negociando con el FMI para que aporte dinero a los bonistas, a fin de que los acreedores acepten postergar al menos tres años el cobro de intereses.
- En relación a la oferta del gobierno, se imponen dos opciones: una con extensión de plazos por nueve años para el plazo del capital -sin quita nominal- y una reducción del 15 por ciento en los cupones de intereses, y tres o cuatro años de gracia. Mientras que la otra posibilidad que se contempla es la de cuatro años de extensión del plazo del capital, que incluye una quita del 15% en el capital y un adelanto de una parte de los intereses de los próximos tres años (35 al 40%) a cambio de no pagar intereses por al menos tres años.
- En el caso de que el aporte del FMI se haga efectivo, los bonistas sentirán respaldo internacional, lo que contribuiría a acercar posiciones con el país.
- Una de las dudas gira en torno a saber si los bonos emitidos bajo ley extranjera entrarán en la reestructuración. Esto se debe a que hay posibilidades de que los bonos del canje 2005 (Discount y Par) no ingresen en la reestructuración.
- Se estima, a partir de reuniones entre los bonistas en el ámbito del EMTA (Emerging Markets Traders Association), que los mismos no aceptarán ofertas que perjudiquen los balances de los fondos por su responsabilidad fiduciaria.
- En Estados Unidos está instalada la idea de que el presidente Alberto Fernández quiere evitar a toda costa el default (cesación de pagos).