A las puertas de la Catedral de San Justo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner instó este jueves a todo el arco político a iniciar una discusión ordenada por la reforma constitucional de 1994 para barajar y dar de nuevo la Coparticipación Federal de Ingresos Públicos.
"Existe una asignación tan irracional, profundamente injusta e inequitativa que genera un desarrollo desigual en el país. Esta es una de las claves para abordar los dilemas a cerca de por qué razón algunos viven tan bien en la Argentina y otros tan mal", dijo.
Cristina fue hasta San Justo, ciudad cabecera del partido bonaerense de La Matanza, para participar de la asunción como intendente del ex diputado Fernando Espinoza, quien sucede a Verónica Magario, flamante vicegobernadora de Buenos Aires.
Además de Espinoza y Magario, en la primera fila estaban tres gobernadores: Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa) y Juan Manzur (Tucumán). También asistieron los flamantes ministros Roberto Salvarezza (Ciencia, Tecnología e Innovación), y Nicolás Trotta (Educación).
Ante ellos, Cristina se quejó porque en los últimos cuatro años los intendentes del Conurbano, donde existen los mayores bolsones de pobreza del país, tuvieron que hacerse cargo de los comedores escolares y sociales debido al “aumento del hambre”.
Minutos antes, Monseñor Eduardo García, obispo de San Justo, había lamentado que cuando caen lluvias copiosas, algunas zonas del oeste de La Matanza como Laferrere y González Catán todavía se inundan.
El religioso también dijo que en muchos lugares de este y otros distritos del Conurbano se ven imágenes que dan cuenta de la profundización “como nunca” del hambre y la ausencia del Estado.
Al tomar el micrófono, la vicepresidenta dijo que uno de los temas en los que hay que avanzar en "esta nueva etapa" para que el país sea "un poco más justo" es rediscutir la asignación de los recursos coparticipables.
“Hay que distribuir los recursos con mayor equidad. La Argentina desde su nacimiento ha concentrado cada vez más la riqueza en la Capital Federal, mientras la periferia tiene pobreza estructural”, se quejó.
En ese sentido, precisó por ejemplo que La Matanza tiene 325 kilómetros cuadrados y 2.400.000 habitantes, con un presupuesto para 2019 de 10.000 millones de pesos, mientras que la Capital Federal, con 202 kilómetros cuadrados y casi la misma población tiene un presupuesto treinta y cinco veces más grande, de 350.000 millones de pesos.
"En La Matanza aún hay muchas necesidades: asfalto, cloacas, agua potable. Y en la Capital Federal no hace falta pavimento, agua potable, luz, gas ni transporte público porque tienen todo", enfatizó.
Por eso, dijo, en este nuevo consenso político de unidad nacional “que quiere construir el presidente” Alberto Fernández se debe “comenzar a discutir estas cosas”.
“No pasa por si la dirigencia es peronista o antiperonista. Porque lo que vamos a tener que discutir es la asignación racional de los recursos. Y si no quieren hablar de La Matanza porque, como dice Fernando, es peronista, hablemos de la provincia de Buenos Aires, que tiene 303.000 kilómetros cuadrados y 17 millones de habitantes, con un presupuesto de 650.000 millones de pesos. Una provincia donde faltan tantas cosas y donde está radicada el 54% de la industria manufacturera”, expresó.
La ex jefa de Estado (2007-2015) dijo que por ese motivo la Capital Federal está tan embellecida "con luces hasta en los helechos" mientras el Conurbano bonaerense tiene a sus ciudadanos "chapaleando en el agua y el barro".
“Y otra cosa más perversa aún: imagino lo mal que se pueden sentir los intendentes del Conurbano cuando los bonaerenses van a trabajar a la ciudad y miran esas plazas, esas flores, y piensan ‘¿qué hace con la plata esta gente, miren como está la ciudad?’”, dijo Cristina.
Por ello, afirmó que “es la hora de discutir estas cosas”. En el 2016, se quejó, el gobierno de Mauricio Macri le dio a la Capital Federal 2,4% de la coparticipación federal, con lo que convirtió a Buenos Aires en la “ciudad más rica de la Argentina, en una República en la que ha vuelto el hambre como hacía tiempo no se había visto”.
“Entonces, yo confío que no va a haber distinciones entre peronistas, antiperonistas, católicos, agnósticos, pienso que vamos a poder abordar racionalmente una mejor distribución de los recursos para que no haya tan pocos privilegiados y tantos necesitados en este bendito país”, afirmó.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.