Tras más de 20 días de protestas, manifestantes chilenos volvieron a chocar con los carabineros, y en las calles de Santiago de Chile hay corridas, piedras y gases lacrimógenos.
Las nuevas protestas se dan en el medio de una serie de anuncios que realizó el martes a última hora el presidente chileno Sebastián Piñera que no calmaron las aguas entre los manifestantes.
En este sentido, el embajador argentino en Chile, José Octavio Bordón, manifestó que la zona céntrica de Santiago "es tierra de nadie", después de que anoche fuese evacuado de su residencia por las protestas que vive el país andino.
"Anoche tuvimos que evacuar a toda la gente, por pedido de la seguridad de acá. La casa está muy golpeada, destrozaron los portones de entrada que habíamos reforzado", aseguró Bordón en una entrevista con Radio Mitre.
El diplomático aclaró que no se trata de un problema específico con los argentinos, sino que es una cuestión "general", puesto que "toda la zona céntrica (de Santiago) es tierra de nadie".
"Hay hoteles incendiados, farmacias, dos iglesias y una universidad destrozadas", indicó Bordón, quien agregó que en las afueras de la capital andina "todavía se percibe mucha tranquilidad".
Asimismo, el embajador señaló que las autoridades chilenas les ofrecieron un "carro blindado" para sacar al personal de la casa, ya que a partir de las 5 o 6 de la tarde las calles estuvieron "dominadas" por "vándalos".
Con todo, parte de los empleados "ya está trabajando en la embajada" -ubicada en el mismo complejo que la residencia-., un edificio que recibió "bastantes destrozos externos" pese a que ninguno de los manifestantes llegase a ingresar a su interior.
En paralelo, el Banco Central de Chile anunció la inyección de 4.000 millones de dólares a través de licitaciones a 30 y 90 días, para frenar la caída del peso local que cerró en un mínimo histórico de 794,97 unidades por dólar.
En un comunicado, la entidad emisora informó que había tomado esa decisión para "mitigar eventuales tensiones" en los mercados financieros, "al combinarse los acontecimientos sociales recientes con la menor liquidez que usualmente se observa en la última etapa del año".
El estallido social sin precedentes busca que se hagan reformas profundas en los modelos de pensiones, sanidad y educación, entre otros