La auditoría oficial encargada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) boliviano entregó un informe en el que afirma que no puede "dar fe de la integridad de los resultados" de las elecciones presidenciales del 20 de octubre pasado ya que todo el proceso estuvo "viciado de nulidad" por la cantidad de irregularidades.
A esa conclusión se llegó en el informe final de la empresa Ethical Hacking, que fue contratada por el TSE un mes antes de los comicios presidenciales para llevar a cabo una auditoría al sistema de Transmisión Preliminar de Resultados Electorales (TREP) y al recuento definitivo, a cargo de la compañía Neotec.
Tras esto, el candidato opositor Carlos Mesa envió una carta al vicepresidente Álavaro García Linera en la que le solicita la conformación de un nuevo TSE que fije cronograma para la realización de nuevos comicios.
"La unidad de la oposición democrática hoy es imperativa. Nuevas elecciones ya", escribió Mesa en su cuenta de Twitter.
“No podemos dar fe de la integridad de los resultados electorales, debido a que todo el proceso está viciado de nulidad por la cantidad de alteraciones al código fuente del TREP, la cantidad de accesos y modificaciones manuales con el máximo de privilegios a las bases de datos en producción durante el proceso electoral y las inconsistencias del Software que fueron surgiendo en el TREP y el sistema de cómputo”, concluyeron los responsables de la auditoría.