El personaje de Torcuato Ferreyra implicó para Benjamín Vicuña un gran desafío, se trata de un empresario mafioso que en su juventud estuvo en la guerra y recibió un disparo en la pierna que derivó en una operación en la que tuvieron que amputarle de la rodilla hacia abajo.
A lo largo de estos 167 capítulos, el actor chileno ha mostrado que esta discapacidad lo hace sentir vulnerable o avergonzado. Por ejemplo, nunca quiso que su esposa, Lucía Morel (Delfina Chaves) los ayudara a colocarse la pierna ortopédica y ni hablar de mostrarse sin ella en público. Solo permitía la asistencia de su hermana Alicia (Mercedes Funes).
Sin embargo, el los últimos capítulos, Ferryra se encuentra acorralado y comienza a enloquecer, al punto que está sucio, maltrata a la gente, come mal, participa de fiestas sexuales, se emborracha, entre otras actitudes que hacen pensar que ya no es el imponente empresario mafioso del comienzo de la novela.
En esta línea, una escena del último capítulo representó un gran desafío técnico para Pol-KA. En ella se puede ver a Torcuaro junto a Mecha (Soledad Fandiño), mientras ella duerme en el sillón, él abre la ventana y se muestra en ropa interior (camiseta y bóxer), dejando al descubierto su pierna.
A través de un arduo trabajo de efectos especiales, la superproducción logró borrar una parte de la pierna de Vicuña y mostrar al personaje al natural.
Pese a que si se mira en detalle, a medida que avanza el actor hacia el sillón se puede notar un pequeño pixelado en la zona, la escena está lograda.
Un ejemplo de esta tecnología es "Forrest Gump" (1994), donde gracias a unas medias azules lograron que el actor Gary Sinise simulara tener las piernas amputadas. Hoy, 25 años después, el mundo digital ha avanzado muchísimo y cada vez estos efectos se vuelven más sencillos y reales.