Miles de jóvenes chilenos salieron a marchar el jueves para exigir mejoras en los servicios sociales, mientras el gobierno y los líderes de la oposición debaten cómo responder a casi dos semanas de protestas que paralizaron a gran parte de la capital y forzado la cancelación de dos importantes cumbres internacionales.
A pesar de algunos actos vandálicos y enfrentamientos con la policía, la marcha hacia el palacio presidencial había sido mayormente pacífica hasta la noche del jueves, el primero de cuatro días de asueto en Chile. Aunque había varios miles de personas en la calle, algunos observadores dijeron que las enormes oleadas de protestas de las últimas dos semanas parecían perder su ímpetu, al menos temporalmente.
"Yo creo que hay un factor de cansancio en la gente. Ya van más de 10 días de venir todos los días; la mayoría de la gente es de zonas periféricas de Santiago", dijo José Solís, estudiante de psicología a la agencia AP.
En una reunión horas antes, los ministros de Hacienda y del Interior del presidente Sebastián Piñera propusieron cambios a las exenciones tributarias de las empresas.
Los líderes de la oposición dijeron que era insuficiente, haciendo eco de las exigencias de muchos manifestantes para que se redacte una nueva Constitución que reemplace la de 1980, la cual fue escrita durante la dictadura militar y permite que muchos servicios sociales y recursos naturales sean privatizados totalmente o en parte.