Cientos de personas volvieron a marchar este martes por Santiago de Chile en una nueva jornada de protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera, a pesar de que suspendió el aumento del precio del boleto del metro, detonante de las manifestaciones.
Los manifestantes se concentraron desde primera hora en las distintas plazas del centro de la capital chilena en un ambiente pacífico. La gran afluencia de personas obligó a Carabineros a cortar la Alameda, la principal avenida de Santiago, en determinados puntos. Además, a la altura de la Universidad de Chile, las fuerzas especiales impidieron a los manifestantes seguir la marcha.
Hasta el momento, solo se registraron incidentes en Plaza Italia. Allí, Carabineros utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud.
Aunque el grueso de los manifestantes se mantuvo en una postura pacífica, en un momento se vio a grupos de personas corriendo para escapar de las nubes de humo generadas por las granadas de gas lacrimógeno que lanzaron los agentes de las fuerzas de seguridad, quienes actuaron protegidos detrás de varias tanquetas blindadas.
Grupos de manifestantes desafiaron el uso de la fuerza y enfrentaron a los carabineros con piedras o sencillamente parados con los brazos en alto frente a las tanquetas, que por momentos quedaron cercadas entre dos grupos de manifestantes.
También se registraron manifestaciones pacíficas en Antofagasta, Concepción y Valparaíso, mientras que los indígenas mapuche, que se concentran en la región de La Araucanía, anunciaron que se sumarán a las protestas fijando marchas para este mismo martes y una huelga general a partir del miércoles.
Las protestas estallaron la semana pasada por la decisión del Gobierno de subir el precio del boleto de metro por cuarta vez en los últimos meses. Las manifestaciones se han radicalizado durante el fin de semana con daños en el transporte público y saqueos: hasta el momento hay 15 muertos.