"¿En efectivo o tarjeta?" Mientras en Occidente aún escuchamos esta recurrente frase a la hora de abonar en un comercio, y mientras recién comienza a popularizarse el pago con el teléfono móvil y el código QR, China ya dejó atrás estos tres métodos. Ahora, en el país asiático, basta con sonreír ante una pantalla que identifica a la persona para que el cobro se realice de manera automática.
La inteligencia artificial y el reconocimiento facial son clave para entender hacia dónde evoluciona la tecnología en China. Este método se utiliza ya en negocio, aeropuertos, metros y hasta en granjas de cerdos.
El servicio 'Smile-to-pay' de Alipay (filial de Alibaba) cada vez es más común verlo en tiendas de China. El gigante tecnológico lleva ya unos cuantos años desarrollando e implementando este método de pago particular. Debutó en 2017 y para finales de 2018, ya se había expandido a más de 300 ubicaciones diferentes.
El salto importante se dio justo un mes después, en diciembre de 2018, cuando se actualizó la máquina de pago para que ocupe menos espacio, sea más efectiva y más económica. Recibe el nombre de Dragonfly y tiene el tamaño de una tablet. Una cámara frontal y un buen procesador es todo lo que necesita para identificar en tres dimensiones al usuario y comparar la información con su base de datos.