El director médico del sanatorio La Trinidad de Palermo, Roberto Martignano, afirmó este jueves, durante la cuarta audiencia del juicio por la muerte de la legisladora porteña Débora Pérez Volpin, que "el endoscopio funcionaba perfectamente" y que "todas las áreas de la clínica cumplieron los protocolos" durante la intervención realizada el 6 de febrero de 2018.
"Cuando llegué a la clínica el escenario era caótico, nadie sabía qué había pasado. Es muy improbable que una endoscopia termine así, es un procedimiento de rutina y todas las áreas del sanatorio cumplieron con todos los protocolos", aseguró Martignano.
El director de La Trinidad dio testimonio por más de dos horas en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 8 de la Capital Federal, representado en esta causa por un único juez, Javier Anzoátegui, y donde el lunes empezó el juicio por la muerte de la periodista y legisladora porteña Pérez Volpin, quien falleció el 6 de febrero de 2018 mientras le hacían una endoscopía.
El juicio oral y público, que tiene como imputados al endoscopista Diego Bialolenkier y a la anestesista Nélida Puente por "homicidio culposo", contará con 58 testigos que darán sus testimonios en las audiencias.
Esta mañana habían declarado dos de los cardiólogos que asistieron a Pérez Volpin tras haber sido convocados para realizar las maniobras de reanimación, y ambos profesionales coincidieron en que la periodista "ya no tenía pulso" cuando llegaron al quirófano.
"La sensación cuando ingresé era que ya estaba muerta y que no había chances de sobrevida", aseveró el cardiólogo Diego Cabrera Argaña, mientras que uno de sus colegas dijo que cuando entró en escena "el cuadro era catastrófico" y que "recién supo que se trataba de la periodista cuando se lo comentaron, ya que no la había reconocido por la deformidad que tenía".
En tanto, durante la declaración de Martignano de esta tarde, los mayores cuestionamientos estuvieron a cargo de la querella, que desconfiaba de que el endoscopio que se peritó tras la muerte fuera el mismo que se usó durante el procedimiento y criticó además que "no haya imágenes de video del estudio ni cámaras en el quirófano".
"No sabemos si ese es el procesador que se utilizó en la endoscopía, porque no graba imágenes y además es viejo", confiaron a Télam desde la querella cuando acercaron a la mesa donde declaraba el testigo el procesador secuestrado en el allanamiento del 9 de febrero de 2018, que tenía además el número de serie borrado.
Martignano dijo que fue él quien indicó que el aparato se guardara bajo llave luego de que en la autopsia se comprobara que había lesiones en el tracto digestivo. "Somos una institución transparente y honesta, el endoscopio funcionaba perfectamente", aseguró.
Martignano, quien agregó que el endoscopio que se utilizó para estudiar a Pérez Volpin "había ido a un service 30 días antes" y "se había utilizado en 27 casos antes de Débora", dijo tener un "vínculo estrecho" con la familia y negó que se le haya ofrecido hacer una "autopsia privada".
"Nos circunscribimos a que había habido un paro cardíaco y no estábamos en condiciones de aventurar algo más, no sabíamos la causa. Por eso nosotros también alentamos a que se haga una autopsia por vía judicial", completó el profesional.
En tanto, los abogados de la familia adelantaron a Télam que se espera que "mañana o el lunes" declare el endoscopista Bialolinkier.