El Gobierno pronosticó que la economía caerá este año un 0,8% y rebotará fuerte en 2020 para crecer en torno al 3,5% después, con una inflación que rondará el 26,1% en el primer año de mandato de la próxima gestión.
“Para 2019 se espera que la inflación arroje un valor algo inferior a las expectativas del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) elaborado por el BCRA, las cuales muestran un anclaje de las expectativas de inflación para diciembre de 2019 en 40,3%”, estimó.
Así lo indicó el ministerio de Hacienda en el informe de avance del Presupuesto 2020 enviado este jueves al Congreso Nacional.
En el informe dice que aspira llegar al equilibrio fiscal este año –cuando el mercado prevé rojo de 100.000 millones- y a superávit del 1% en 2020.
Los analistas del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central habían dicho en junio, momento en el que se redactó el documento oficial, que preveían una caída del PBI del 1,4% en 2019 y una expansión del 2,2% en 2020.
Ahora, el Gobierno dijo: "Para 2020 proyectamos un crecimiento del 3,5%. Esta expansión será liderada por la inversión y por el buen desempeño de las exportaciones. También jugará un papel importante la recuperación del consumo privado".
Asimismo, dice que el año que viene esa dinámica positiva será parcialmente compensada por la recuperación de las importaciones y por la reducción del consumo público previsto para alcanzar el superávit primario.
FMI, clave
La administración Macri dijo que el conjunto de políticas implementadas y el acuerdo con el FMI le han permitido atravesar la turbulencia financiera de una manera diferente a la que históricamente ha ocurrido en Argentina.
“No se produjeron disrupciones con efectos permanentes sobre la economía: no se rompieron contratos, no se fijó el tipo de cambio ni se implementaron restricciones o cepos. Los shocks recibidos resultaron en una recesión: la economía argentina cayó 2,5% en 2018 y se espera una caída de 0,8% en 2019; pero al mismo tiempo la economía ha aumentado su resiliencia al haber avanzado en el ordenamiento macroeconómico, en las mejoras de competitividad y en la integración internacional”, dijo el Gobierno.
En ese sentido, añadió que entre 2003 y 2015 el gasto primario nacional casi se duplicó, al pasar de 12,2% del PIB en 2002 hasta 24,0% en 2015. Durante los últimos 4 años se redujo en 5,5 puntos del PIB, ya que se proyecta en el 18,5% del PIB al cerrar 2019, el nivel más bajo en 10 años.
Deuda: sin problemas de solvencia
Para el Ministerio de Hacienda, los desembolsos acordados con el FMI y otros organismos internacionales en lo que queda de 2019 "ponen al Tesoro en una posición favorable, en la que las necesidades asociadas al déficit primario y al pago de intereses se encuentran cubiertas y solo se requiere refinanciar parte de los vencimientos de capital con tenedores privados", según el informe.
"En 2020, el superávit fiscal proyectado de 1% del PIB contribuirá a reducir las necesidades de financiamiento. Del lado de las fuentes, se proyecta el desembolso de US$ 3.900 millones del programa con el FMI y la refinanciación de los US$ 3.000 millones en vencimientos de otros organismos internacionales", dice el informe.
El Gobierno también sostiene que "la deuda soberana Argentina no presenta un problema de solvencia" y que "la percepción del mercado respecto a los riesgos de liquidez debería mejorar tan pronto como se disipe la incertidumbre política vinculada a las elecciones".
Para 2020, el Gobierno se propone "aprovechar un año de bajos vencimientos en relación a otros años y la ausencia de vencimientos en el mercado internacional para aumentar la composición de moneda nacional en el portafolio de la deuda a través de emisiones en pesos, inclusive para cubrir los vencimientos en moneda extranjera, como también evaluar la oportunidad y conveniencia de canjear instrumentos de mercado por títulos de mayor plazo y eventualmente denominados en moneda local".
Asimismo, pronosticó una "estabilidad macroeconómica y financiera" post electoral y que "la convergencia más rápida al equilibrio fiscal permitirá hacer más sostenible el sendero de la deuda pública".
"De 2019 en adelante esperamos una reducción de la deuda como porcentaje del PIB. En efecto, luego del aumento de la deuda neta en 2018 debido al movimiento pronunciado del tipo de cambio, con la convergencia al equilibrio fiscal en 2019 y el superávit fiscal a partir de 2020, la deuda neta en términos del PIB comenzaría a descender y se situaría en torno a 49% del PIB en 2019, convergiendo a alrededor de 38% del PIB hacia 2023. En tanto, el pago de intereses netos alcanzaría un máximo de 2,8% del PIB en 2020, disminuyendo significativamente en años posteriores", vaticinó.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.