Eva María Duarte de Perón es para muchos "Santa Evita", la "Santa del Pueblo" por su entrega desinteresada a favor del pueblo y los derechos de los trabajadores. Es también mártir, por priorizar a su gente por sobre su enfermedad, un cáncer de útero que terminó con su muerte. Pero el reconocimiento de sus fieles no alcanza, y ahora los más devotos quieren que el Vaticano la oficialice como santa.
Esta semana la CGT anticipó que lanzará una campaña para que la "jefa espiritual de la Nación" –como la declaró el Congreso tras su muerte– avance en el camino de la canonización ante la Santa Sede, tal vez aprovechando que el Papa es argentino y, dicen, peronista.
Pero, ¿qué tan posible es que realmente el Vaticano canonice a Eva Perón? Según la Iglesia no mucho, ya que Evita no tenía la práctica religiosa que hace falta para ser santa, publicó Clarín.
El pedido de apertura de la causa para canonizar a alguien, que sería el primer paso, debe hacerse en la diócesis donde murió la persona. Para el caso de Evita, en el arzobispado de Buenos Aires, con una sólida argumentación de los motivos del pedido, y adjuntando sus escritos y discursos en apoyo de la causa.
Si el estudio de esa aplicación da buenos resultados, el aspirante es aceptado como Siervo de Dios y el arzobispado envía la causa al segundo análisis, que se realiza en la congregación para la Causa de los Santos del Vaticano. Allí examinan vida y obra de la persona y su relación con Dios y con la fe. Si es considerado que vivió "en grado heroico", pasa a ser considerado "venerable".
Y luego viene la parte difícil. Para que avance en el camino de la canonización es necesario que se compruebe que Dios obró a través de esa persona para realizar un milagro: la curación inexplicable de un enfermo, por ejemplo. En dicho caso, se considera beato. Solo si se comprueba un segundo milagro, se alcanza la categoría de santo.
El paso del milagro puede obviarse en el caso de que el candidato haya sido asesinado por "odio a la fe", o sea, que sea un mártir. De una u otra forma, el proceso completo de canonización suele durar varios años, incluso décadas.
Entonces, volviendo al caso de Eva Perón, su bondad y su entrega a los pobres, si bien valores muy destacables, no son cualidades suficientes como para que la Iglesia la nombre santa. Según dijo una alta fuente eclesiástica a Clarín, le falta a Evita práctica religiosa, ortodoxia doctrinal y fidelidad hacia la Iglesia. "No alcanza con decir que se cree en Dios o que se actúa inspirado en los principios cristianos".