Minutos antes de las cuatro de la madrugada, Abel Pintos se abrazaba con sus músicos y saludaba a la multitud, mientras de fondo sonaba su versión de "Pensar en nada" de León Gieco, que el flaco pájaro cantor de Bahía Blanca cantaba sin micrófono, exultante y visiblemente emocionado.
Así concluía su show, que formalmente había contado con dos bonus track, "Tu voz" y "Revolución", interpretados con una intensidad contagiosa. Antes había recibido de manos del intendente Facundo Torres un reconocimiento por tantos años ininterrumpidos de participar en el Encuentro Anual de Colectividades de Alta Gracia.
Torres había hecho alusión a que cada año Abel Pintos tocaba los lunes y destacaba que nunca para sus shows había llovido (riesgo al que está expuesto permanentemente este evento, por realizarse al aire libre y en verano).
Antes, Abel había cantado A-Dios, recomendando tiernamente a su público que, culminado el show, cada cual se volviera tranquilo a sus lugares de origen. "Tenemos que cuidarnos a nosotros y entre todos", había dicho, deseando la bendición de Dios y la Virgen para los creyentes y de cualquier otra fuerza para quienes no profesaran religión alguna.
En la lista de Abel Pintos no faltaron "Pájaro cantor", "La llave", "Aquí te espero", entre otros éxitos. También estuvo el mencionado cover de León Gieco, "Pensar en nada"; en una performance que alternó, como es habitual en su repertorio, sonidos cadenciosos con alegres melodías cercanas al reggae, alusiones libres al folklore y sonido pop rock notablemente ejecutado por su sólida banda.
En conferencia de prensa, antes de subir a tocar, cuando se le consultó sobre los sonidos que tendrá su próximo álbum, Abel Pintos había reflexionado respecto de la manera en que la música lo atraviesa: "Funciona como un idioma para mí. Conforme voy viviendo distintas etapas de mi vida, voy necesitando decir distintas cosas y voy aprendiendo a decir las que ya existen de distintas maneras".
Lo que ocurre con Abel Pintos cada año en el Encuentro de Colectividades de Alta Gracia da cuenta de esa experiencia y de la manera en que el público vibra en esa misma sintonía con el artista. La familia (abelera) festeja fuerte, como bien supo bautizar Abel Pintos a su reciente libro disco doble de 2018.