La pirotecnia estuvo presente en Navidad, pese a la prohibición

Estruendosos y luminosos, los explosivos se vieron y escucharon con intensidad a la hora del brindis.

La pirotecnia estuvo presente en Navidad, pese a la prohibición
La pirotecnia se hizo presente en la Navidad de Alta Gracia (imagen ilustrativa)

"Antes de las 24 y pasada la una de la madrugada, la venta fue cero; los controles fueron estrictos", le explicó a Vía Alta Gracia el responsable del Consejo de Seguridad municipal y asesor Letrado, Daniel Villar.

"Aún así, los inadaptados de siempre tuvieron su oportunidad para molestar al prójimo e incumplir la ordenanza", agregó, asumiendo que el hecho de que la prohibición de venta de pirotecnia no sea regional, hace que muchos elijan comprarla en localidades vecinas.

Según Villar, empero, "la actividad sonora fue mucho menor que otros años". Responsabilizó de esta supuesta merma a la campaña de concientización y también a la crisis económica.

Terribles estruendos

La proteccionista Claudia Sagrera, por su parte, en su cuenta de Facebook, manifestó una impresión diferente: "Estos días fueron terribles los estruendos".

Sagrera aludió a la responsabilidad de la clase política por no dar cuenta de esta situación: "Con sólo darse una vueltita por diferentes barrios, los veías a cualquier hora tirando; con sólo entrar a redes sociales, podías sentir la bronca de los vecinos, comentando 'en cual o en tal barrio están tirando en este momento'".

Aventuró que la gente que eligió usar pirotecnia se sentía segura de que "no iba a tener ninguna sanción por parte del municipio" y concluyó que  "es muy doloroso verlos correr sin rumbo (a los animales), es feo ver a una personita con capacidades diferentes encerrado en algún lugar de tu casa diciendo 'es acá cerquita' y sufriendo porque todavia hay imbéciles".

Ordenanza a medias

La ordenanza 9900, que prohíbe la venta y también el uso de pirotecnia en Alta Gracia data de 2015. Su aplicación requiere de exhaustivos y certeros controles, con rigurosa aplicación de sanciones para quienes los provean; y de campañas de concientización que se sostengan en el tiempo y que se superen, año tras año.

Si no, la ordenanza se convierte casi en letra muerta.

La primera impresión que queda en el aire después de esta Navidad en la que los fuegos artificiales y los llamados "cuetes" fueron el telón de fondo de los brindis de la hora cero; es que tras un intenso debate inicial, se relajó el tema.

Que todavía en buena parte de la comunidad no hay conciencia del efecto negativo que el uso de estos explosivos genera en animales, adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades o discapacidades.

Villar concluye con un desafío evidente: "De cara al Año Nuevo, habrá que revisar los controles y las campañas de prevención".