Los gatos han transformado la vida humana desde un comienzo y cada vez más estudios revelan cómo es su comportamiento. En ese sentido, una de las cosas que más se sabe ahora es por qué lamen las manos de sus dueños.
Estos animales domésticos, reconocidos por su independencia y su carácter enigmático, han desarrollado una estrecha relación con las personas. El lamido de manos por parte de los gatos es un gesto tan frecuente como intrigante para los propietarios. Según expertos en comportamiento felino, este hábito puede tener múltiples explicaciones, desde la curiosidad y el afecto hasta la búsqueda de información sobre el entorno o el deseo de compartir el propio olor. Interpretar correctamente este comportamiento ayuda a fortalecer el vínculo entre el humano y su mascota y a garantizar el bienestar del animal.

Por qué los gatos lamen las manos: curiosidad, afecto y exploración
La técnica en psicología y educación felina Eduarda Paramore señala que el lamido de manos puede responder a distintas motivaciones. Los gatos poseen un sentido del olfato y del gusto muy desarrollados, por lo que utilizan la lengua para reconocer olores, sabores y texturas que perciben en la piel de sus dueños. Esto ocurre especialmente cuando la persona ha manipulado alimentos, cocinado, comido o aplicado productos en las manos. El lamido en estos casos es una forma de exploración y curiosidad natural.
El lamido también puede ser una manifestación de afecto. Los gatos, al igual que entre ellos, utilizan el aseo mutuo como forma de vinculación social. Cuando lamen las manos de sus humanos, pueden estar expresando cariño y reforzando la conexión. Además, este comportamiento puede funcionar como una manera de marcar a su dueño, dejando parte de su olor para identificarlo como parte de su grupo.

Cuándo puede ser una señal de alerta: estrés, salud y conducta repetitiva
Aunque en la mayoría de los casos el lamido es una conducta normal, los veterinarios advierten que también puede estar asociado a situaciones de estrés, ansiedad o problemas de salud. Cambios en el entorno, mudanzas, la llegada de un nuevo animal, ruidos constantes o falta de estimulación pueden desencadenar un lamido excesivo como mecanismo de autorregulación. Además, condiciones como problemas digestivos, deficiencias nutricionales o trastornos hormonales (por ejemplo, hipertiroidismo felino) pueden intensificar esta conducta. Los especialistas recomiendan prestar atención a otros síntomas como pérdida de peso, vómitos, diarrea o cambios en el uso del arenero, ya que podrían indicar la necesidad de una consulta veterinaria.
En definitiva, el lamido de manos puede ser una muestra de cariño y confianza, pero también es importante observar el contexto y la frecuencia del comportamiento. Si se vuelve excesivo o se acompaña de otros signos de malestar, es fundamental buscar asesoramiento profesional para cuidar la salud del felino.






























