Al rechazo a nivel local a la instalación de salmoneras, no solo en el canal Beagle, sino en todo Tierra del Fuego, como parte de un acuerdo entre los gobiernos de Macri y Bertone con Noruega, se sumaron reconocidos chef argentinos e internacionales, además de la comunidad Yagán de Puerto Williams, Chile.
La manifestación fue encabezada por asociasiones ambientalistas, profesionales del turismo, agentes hoteleros, comerciantes y reconocidos chefs nacionales, siendo estos últimos los creadores y promotores de la campaña que se viralizó en redes sociales, bajo el lema #NoALaSalmonicultura. Entre los célebres cocineros se encuentran, Fernando Trocca, Narda Lepes, Germán Martitegui y Mauro Colagreco, entre otros.
Julio César Lovece, presidente de la Asociación Ushuaia XXI, una de las agrupaciones que integra el colectivo ambientalista que rechaza la salmonicultura, señaló que "La convocatoria de hoy surgió en función del contacto y el trabajo que venimos haciendo las ONG en conjunto a través de un foro. Se propuso, e inmediatamente se apoyó. Es una manera de mantener en la opinión pública este tema".
"Así como nos dimos cuenta que comer pollos o vacas que son criados de manera extensiva (en feedlots) no es bueno para el mediombiente y para la salud, lo mismo va a pasar con el salmón. Al momento van a elegir un pescado que se crió libremente en el mar, en vez de uno al que le dieron de comer alimento balanceado, antibióticos y alimento para transformar la carne blanca en rosada", dijo Trocca a Clarín. A él lo contactó la organización "Sin Azul No Hay Verde", que impulsa la creación de parques nacionales marinos en Argentina. La ley está en el Congreso.
Desde hace un par de días se ha instalado la preocupación abrumadora en torno a lo que conlleva en términos de salud de los comensales, así como los riesgos de catástrofe ambiental. Trocca comentó que sacó el salmón de la carta desde que estaba en Sucre, el exitoso restó que fundó en Belgrano. "Hace varios años ya, y la gente elige otro pescado. Lamentablemente, si ponés salmón en un menú, la gente va directo al salmón. Si no lo ve, no se queja de que no está", detalla. Narda Lepes apuesta a la misma receta. "No cocino con salmón hace años", dice y levanta la sartén de esta cruzada en contra de las salmoneras.
En este marco y por la aproximación del negocio, que se produjo a partir del la firma de un convenio que data de hace un año, por el cual Innovation Norway, agencia de negocios oficial de Noruega empezaría con la explotación de esta industria en el próximo mes de marzo del 2019, previo a la realización de los estudios de factibilidad e impacto ambiental. Punto que genera mucha controversia en ambientalistas y científicos, ya que manifestaron que dichos estudios no fueron realizados correctamente.
La catástrofe ambiental de la que alertan los profesionales, tiene antecedentes en la costa trasandina. Donde la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), publicó un informe científico que revisa la situación actual de la industria salmonera en Chile, país que en tan solo 20 años se encaramó como el segundo productor mundial de salmón, detrás de Noruega. Su experiencia ambiental saltó a la luz en ocasión de la aparición del virus ISA (anemia infecciosa del salmón), que impactó a los criaderos hace una década y más de dos mil kilómetros de costa fueron afectados.
Chiloé es otra experiencia cercana en la que ganar inspiración y aprendizaje: la masiva industria salmonera empezó por matar el entramado comunitario porque rompió los equipos de trabajo. Cuando las empresas captaron "empleados pescadores" destruyeron la base histórica de salir al mar juntos. Más tarde, además, se deshizo de la fauna marina con la marea roja produciendo mortandad masiva de machas, piures, picorocos, jaibas, locos, lapas, choros y cholgas.
Desde el Foro para el Mar Patagónico y organizaciones de la sociedad civil para la preservación de los mares del Cono Sur, señalaron que son una decena los impactos ambientales. Entre ellos: introducción de especies exóticas, abuso de sustancias químicas, introducción y propagación de enfermedades, residuos sólidos y líquidos y desechos industriales, entre otros.
Hay otro pescado: "Eliminamos el salmón de nuestros menúes por el daño extremo que le están haciendo a los mares del mundo; donde hay salmoneras o crías intensivas de pescado siempre hay destrucción en el mar, pérdida de empresarios como mini pescadores, que antes hacían pesca para las costas, y alrededor de donde están las pesqueras se pierde mucho fruto de mar y mueren directamente porque se inclina mucho el agua de mar", indico uno de los chef.
"Hay muchas fallas en ese tipo de empresa, en el daño marino y en el daño humano desde el punto de vista del trabajo que realizan los pescadores, mini pescadores y las pequeñas empresas marítimas y después, el producto en sí no es nada sano, es un producto que le hace daño al cuerpo humano. Lo hacen ver como un alimento bueno para la dieta, con omega tres y otros beneficios, pero en realidad está compuesto por plomo, colorantes y químicos".
Parte del mensaje apunta a que "el gobierno de Tierra del Fuego es frágil con lo ambiental frente a un 'milagro económico' producto de esta industria. Más alla de la contaminación, está lo económico. El segundo ingreso de Ushuaia es el turismo. Las salmoneras noruegas, llegan, producen, contaminan, en 10 años se van y dejan un desastre ecológico. En teoría la salmonicultura generaría 1.000 puestos de trabajo, un numero super inflado a mi parecer, cuando el turismo en Tierra del Fuego alimenta a 17.000 familias". Sentenció Lepes.