La jornada de este sábado tuvo un hecho inédito en la provincia, dos turistas brasileros decidieron casarse por la vía religiosa en la Laguna Esmeralda. El evento no tuvo ningún detalle librado al azar y los protagonistas prepararon vestimenta tradicional, madrina, padrino, fotografía, video y hasta música en vivo. Organización que implicó mucho riesgo, teniendo en cuenta el clima cambiante que caracteriza a esa zona de los Andes Fueguinos.
Según contó Daniel Strogonof, el guía y músico responsable del evento, la historia de amor entre Ana y Danilo comenzó hace muchos años en la Universidad, donde él en su afan por conquistarla uso la famosa frase "por vos voy hasta el fin del mundo", sin darse cuenta lo que el destino le tenia prepado.
Todo comenzó cuando la pareja se contactó con Fernando Flores, responsable de la agencia de tuismo Brasileiros em Ushuaia y organizador de la particular boda.
Fue así como este sábado 5 de enero en horas de la mañana comenzó el sueño del matrimonio. "Pase a buscar por el hotel a Danilo y emprendimos el viaje por la Ruta Nacional Nº3 con dirección noreste, hasta el km 3037 donde comienza el sendero, que tras algunas horas de caminata conecta con la imponente Laguna Esmeralda". detalló Strogonoff.
"Desde los primeros minutos de viaje me di cuenta que Danilo estaba muy ansioso, imparable, no le interesaba nada de mi relato turístico, ni de historia fueguina, solo quería llegar". Expresó entre risas Daniel.
Mientras tanto, Ana junto a sus familiares más intimos, abordaban el helicóptero de la empresa Heliushuaia, que la trasladaría hasta el lugar de la ceremonia.
Pasado el medio día, una vez que todos estaban presentes, comenzó la liturgia, que duró aproximadamente una hora, en la que los protagonistas dieron el sí ante un sacerdote local, tiraron el ramo, brindaron y se tomaron fotos. Mientras que de fondo decenas de turistas e intrusos fueron testigos del acto de amor, todo musicalizado en vivo con el tema de Elvis Presley - Can't Help Falling In Love mediante los sonidos del Chelo, de Daniel Strogonof.
