Un 43 mil personas, lo que representa casi un cuarto de la población de Tierra del Fuego, salió de la provincia por vía terrestre para emprender sus vacaciones al norte del país desde el comienzo del mes de diciembre de 2019 y hasta los primeros 10 días de enero de este año.
La cifra fue publicada por el Diario del Fin del Mundo, suele informarse como un indicador del movimiento turístico de los pobladores de la isla se construye a partir de la actividad del Paso Fronterizo San Sebastián, en el norte provincial, el lugar obligado por donde los fueguinos debe pasar para iniciar el viaje hacia diferentes regiones de Argentina.
El llamado "éxodo vacacional" incluyó en lo que va del verano la salida de 43.236 personas que partieron en 14.110 vehículos, según informó la Secretaría de Límites y Fronteras de la provincia, a cargo de Daniel Facio.
En el mismo período (1 de diciembre-10 de enero) ingresaron a Tierra del Fuego por vía terrestre 26.376 personas en 9.158 vehículos.
Si se contabiliza solamente el mes de diciembre, el egreso de personas fue de 31.031 en 10.408 vehículos, mientras que en los primeros 10 días de enero salieron 12.205 personas en 3.702 vehículos.
Por su parte en diciembre llegaron a la isla por la frontera terrestre 16.480 personas en 6.064 vehículos, en tanto que en enero lo hicieron 9.896 personas en 3.104 vehículos, indicaron las mismas fuentes.
Los fueguinos que aprovechan la temporada de verano para visitar familiares o concurrir a los principales destinos turísticos del país, tienen como única opción terrestre el cruce de la frontera a Chile, donde recorren unos 160 kilómetros por ruta extranjera y cruzan en ferry el Estrecho de Magallanes, para regresar luego al país a través del Paso Fronterizo Monte Aymond, en el norte de Santa Cruz, a unos 65 kilómetros de la ciudad de Río Gallegos.
En total, quienes realizan el viaje sortean cuatro controles fronterizos, dos argentinos y dos chilenos, y deben someterse a los requisitos de tránsito del país trasandino, como la contratación de un seguro especial para la cobertura de eventuales accidentes, entre otros.
El incremento de tráfico vehicular y de personas obliga a las autoridades de ambos países a tomar medidas especiales, como disponer la atención en las fronteras durante las 24 horas, reforzar la cantidad de personal, tanto de Aduanas como de Migraciones, e incrementar las frecuencias de las barcazas que realizan el cruce del estrecho, a través de dos empresas privadas.