Las quemas en los cerros y en los cañaverales

Anàlisis del especialista en medio ambiente el doctor Juan Gonzàlez.

Las quemas en los cerros y en los cañaverales
Anàlisis del especialista en medio ambiente el doctor Juan Gonzàlez.

“El aire sucio, es un demonio invisible, porque  lo estamos respirando y no nos damos cuenta de que está contaminado”. Esto comento el doctor Juan González, graduado en Ciencias Biológicas y hoy una palabra autorizada en medio ambiente. Entrevista en el programa “Tucumán con todo” habló de los incendios en las zonas de los valles y en los cañaverales. Esto es parte de la conversación:

-Periodista: ¿Cómo evalúa estos incendios, no solo en el cerro sino en toda la provincia?

-Dr. Juan González: Bueno, nosotros podemos hacer una evaluación instantánea que es preocupante. Y si nos remitimos al pasado, vemos que es un suceso que no está siendo atendido como debería ser atendido, tanto en la prevención como en la reacción. A pesar de que tenemos un cuerpo legal, por lo menos cinco o seis leyes, en Tucumán y a nivel  país,  que tocan el tema específico de la quema, tanto en cañaverales como en pastizales, orillas de la ruta y quema de residuos sólidos urbanos, que es una práctica frecuente, hay un combo peligroso. En este momento, solo lo estamos evaluando en el momento en que sucede: 4, 5, 10 minutos de duración del fuego como es en los cañaverales,  o dos o tres días como el último incendio en Tafí del Valle, y después, es como si todo el problema desapareciera…. Pero esa no es la realidad. Yo siempre ejemplifico en las clases diciendo que el aire sucio, es un demonio invisible, porque  lo estamos respirando y no nos damos cuenta de que está contaminado. Si a mí me falta agua, me doy cuenta porque es algo físico, es algo palpable, si me falta un alimento, me doy cuenta, pero el aire lo necesito las 24 horas del día y mi cuerpo lo incorpora pero no sé qué estoy respirando. En una atmósfera comprometida como la que vivimos en Tucumán, quizás estemos respirando algunas sustancias químicas que están afectando nuestro cuerpo y, en este momento, creo que no están siendo evaluadas desde el punto de vista clínico, salvo trabajos muy específicos de algunos médicos del SIPROSA(Sistema Provincial de Salud) que fueron dados a conocer en el 38° Congreso de Pediatría en Tucumán, donde se mostraba la importancia y la afectación que estábamos sufriendo justamente por estos temas de quemas de cañaverales.

-Periodista: ¿Ahora usted cree que, por ejemplo, en el Valle lo que pasó en todo Chasquivil y Anfama, Tafi del Valle, cómo se origina todo esto?-Dr. Juan Gonzalez: Creo que tenemos que separar lo que está sucediendo en la montaña de lo que está sucediendo en el valle, a pesar de que el hecho es el mismo. En el valle, sucede un problema básicamente económico. Todo el problema de la quema de cañaverales se agudiza en los meses de julio, agosto y septiembre.-Periodista:¿Por qué? Porque lo hacen para bajar el precio.

-Dr. Juan Gonzalez: Exactamente, el 50 o 60% de la quema es de cañaverales, no nos engañemos. Hay mediciones hechas y, muchas veces, está ligada a otros factores, como la quema de basura y la quema de pastizales a orillas de la ruta por el desmalezado. Es una práctica común ver a la gente, no se si de Vialidad provincial o nacional o alguna empresa tercerizada quemando el pastizal, y ese fuego puede saltar las cercas y quemar un cañaveral, o al revés: se quema el cañaveral y quema la vegetación de  los bordes de la ruta. En el caso de la montaña, es un problema cultural. Se dice que el baqueano que vive en la zona quema en esta época para que el pasto rebrote con fuerza. Es un tema que viene repitiéndose desde hace cientos de años, pero si uno lo analiza biológicamente o ambientalmente, no es así. El pasto no rebrotará con fuerza porque no tiene agua ni la temperatura necesaria en esta época del año (pleno invierno). En biología, sabemos que una gramínea crece mucho más en presencia de agua y temperatura ambiente suficiente (tipo primavera- verano). Ahora en agosto tenemos temperaturas bajas y falta de lluvias. Por lo tanto, esa práctica en la montaña hay que eliminarla, y eso se elimina con educación, divulgación y controles. Más sabiendo que tenemos esta actividad durante el invierno y después del otoño en Tucumán, deberíamos haber previsto que esto podía repetirse como sucede todos los años.