“Hoy nuestra Patria es un pueblo hambriento, desconcertado, preocupado, herido. En muchas familias falta el pan cotidiano y el trabajo digno. Ha crecido la pobreza”, señaló el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez, que presidió el Tedéum por el 9 de Julio en la Iglesia Catedral de San Miguel de Tucumán. No concurrió a la celebración el presidente de la Nación, Alberto Fernández, pero sí estuvieron presentes el gobernador Osvaldo Jaldo y su esposa Ana María Grillo; el jefe de gabinete de ministros de la Nación, Juan Manzur, con su esposa Sandra Mattar.
Asimismo, se encontraban el vicegobernador, Sergio Mansilla; el vicepresidente primero de la Legislatura, Regino Amado; el vicejefe de Gabinete de la Nación, Jorge Neme; el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro; el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; los diputados nacionales, Rossana Chahla y Victoria Tolosa Paz y las senadoras nacionales, Sandra Mendoza y Beatriz Ávila.
También participaron los miembros de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán: Daniel Leiva, (vocal decano), Eleonora Rodríguez Campos (vocal) y Claudia Sbdar (vocal). Por su parte, el prelado agregó que “hay hambre de justicia y dignidad, de respeto y cuidado de la vida en todas sus etapas. Hay hambre de paz social, de respeto a la Constitución y de democracia auténtica”.
“Hay hambre de diálogo, de encuentro y participación para superar divisiones y enfrentamientos. Hambre de verdad, de una educación que ponga en primer lugar a la persona humana, que no imponga ideologías, que conduzca a pensar y realizarse dignamente”, puntualizó e hizo hincapié sobre la “tentación de borrarnos ante las necesidades del hermano, de pasar indiferentes, de ningunearlos, de despacharlos”.
“Hay hambre de libertad y de una vida más segura y cordial. Hay hambre de confianza y trabajo mancomunado entre todos por el bien de todos. Hay hambre de esperanza y consuelo… Hay hambre de fraternidad y de amor”, sentenció.
Reconciliación
En otro tramo de su mensaje, el Arzobispo destacó que tanto “nuestros próceres, nuestros padres y nosotros soñamos con una Argentina mejor. Ellos nos han legado una patria hecha con sangre y sudor, con amor y sacrificio. Ahora la vemos desgarrada por la pobreza, el endeudamiento y la falta de un proyecto de Nación. Queremos una Patria de hermanos, queremos ser Nación”.